Cada ciudad puede ser otra

por Paisaje Transversal

Cada ciudad puede ser otra cuando el amor la transfigura cada ciudad puede ser tantas como amorosos la recorren el amor pasa por los parques casi sin verlos amándolos entre la fiesta de los pájaros y la homilía de los pinos cada ciudad puede ser otra cuando el amor pinta los muros y de los rostros que atardecen unos es el rostro del amor y el amor viene y va y regresa y la ciudad es el testigo de sus abrazos y crepúsculos de sus bonanzas y aguaceros y si el amor se va y no vuelve la ciudad carga con su otoño ya que le quedan sólo el duelo y las estatuas del amor Mario Benedetti DESEO Y CIUDAD por Jon Aguirre Such Me gusta la idea de abrir el debate sobre la ciudad deseada con un poema de Mario Benedetti. No es un simple capricho: recurrir a reflexiones ajenas a las disciplinas ligadas a la práctica urbanística nos puede proporcionar algunas claves para avanzar en análisis de las dinámicas de la ciudad y el territorio. Tal es el objetivo de nuestra plataforma. En este sentido, considero que este poema suscita dos reflexiones importantes sobre la ciudad que deberían de estar presentes en un debate como este. Por una parte pone de manifiesto como la impresión que un determinado medio produce depende notablemente de los estados alterados de ánimo de los sujetos que la perciben. De este modo una ciudad no será vivida del mismo modo si, por ejemplo, nos dedicamos a pasear por ella junto a la persona amada o si lo hacemos en un estado de completa embriaguez acompañados de nuestros amigos. Podemos pensar, en efecto, que la relación entre ser humano y ciudad nunca se establece de manera anímicamente neutral. De hecho, el análisis urbanístico y las reflexiones que ciertos entornos pueden suscitar podría ampliarse a través de la alteración intencionada de nuestras conciencias. Así ,los situacionistas se solían emborrachar para realizar sus derivas. De modo que la pérdida de conciencia y prejuicios derivada de ese estado etílico les permitía hacer otro tipo de lecturas sobre la ciudad que plasmaban en sus mapas psicogeográficos. Por otra, el poema de Mario Benedetti ofrece una visión hedonista de la ciudad. Ante la fría imagen que puede ofrecer la regulación urbanística la introducción de parámetros como el placer puede plantear un cambio de paradigma en la misma. En efecto, hedonismo y planeamiento no tienen porque ser posiciones antagónicas. No deberían serlo. Por tanto, ¿la ciudad deseada será aquella capaz de acoger las variables que garanticen una experiencia hedonista? ¿Cómo se debería producir esta relación entre la racionalidad del urbanismo y la subjetividad del deleite personal?

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3 comentarios

Ramiro 30 julio, 2009 - 11:56

me gusta cm ha quedado el blog, saludos dsd azores!!!

Unknown 30 julio, 2015 - 14:00

Es un poema que mi esposa y yo lo elegimos como emblema de nuestra relación. El amor todo lo transforma. Cambia la percepción del ser amado y ya nada parece ser como era antes. El amado inserto en su cultura, en su ciudad. Quien ama, contempla la vida con otra mirada.

Paisaje Transversal 19 noviembre, 2015 - 18:10

Muchas gracias por compartir con nosotros esa anécdota y esas reflexiones sobre el amor y la ciduad Mauricio 🙂

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