¿Podemos crear ciudades como si de un juego se tratara? La verdad que viendo algunas zonas urbanas podríamos pensar que sí, pero si somos residentes de la zona nos gustaría que la respuesta fuera un rotundo no. Ironías a parte, se ve que a la hora de planificar urbanismo y arquitectura muchas veces falta una conexión entre uno y otro aspecto. Además de los desastres del desarrollismo de las últimas décadas – muy bien ilustrados desde Nación Rotonda-, se suma la divergencia de ideas entre la planificación de nuestros distritos, barrios e incluso ciudades. Los ejemplos: Seseña o algunos de los PAU en la capital, sin ir más lejos.
Pero ese juego de poner-quitar, agrupar-dispersar, no solo está en los planes generales ni en las reordenaciones, si no que también están en el debate urbano: ¿Cómo podemos poner coto la dispersión urbana (sprawl) y sus costes derivados? ¿Cuáles son los criterios para transformar desarrollos urbanos de la periferia construiros durante la burburja inmobiliaria? ¿Cómo podemos diseñar tejidos urbanos complejos, compactos y continuos? ¿Es la construcción vertical la única alternativa sostenible en las grandes ciudades? Preguntas que nos instan irremediablemente a hablar de densidad y mezcla de usos del espacio urbano, los dos ejes en los que se mueven los juegos de carta 50 Urban Blocks editado recientemente por a+t architecture publishers.
Son un juego de cartas pero ni mucho menos su contenido es un juego. Se trata de una valiosa herramienta para que los arquitectos y urbanistas maximicen y seamos más efectivos a la hora diseñar ciudad. 50 Urban Blocks consiste en una baraja con 50 ejemplos de cómo diseñar una manzana urbanística: desde los ‘bloques ameba’, hasta las pirámides escalonadas. Tipografías muy útiles que sirven para concretar cómo organizamos los edificios cuando tenemos claro a cuanta gente vamos a albergar (densidad) y cuanta superficie de suelo podemos ocupar. ¿Cuántos desastres urbanísticos te vienen a la cabeza que se podría haber evitado de haberlo pensado así?
Llevamos mucho tiempo pensando cómo debemos diseñar las ciudades en el siglo XXI. Sabemos lo que falla, pero parece que no está tan claro como proyectar lo que funciona. Frente a la ciudad dispersa –que ha servido de modelo para muchos de los desarrollos urbanísticos de la burbuja inmobiliaria- se reivindica la ciudad sostenible. Como indica Ramón López de Lucio en su libro Construir Ciudad en la Periferia, “el planeamiento integrado de usos del suelo, densidades, concentración de actividad y transporte público es uno de los requisitos urbanísticos indispensables” y sugiere en la misma obra que “los suelos parcelados para usos residenciales y complementarios no debería bajar de un 50 o 60% de la superficie total de los ámbitos de actuación”. Por eso, frente al sprawl urbano y la ciudad difusa de las zonas residenciales monofuncionales de baja densidad, que fomentan grandes desplazamientos diarios para compatibilizar vida laboral y privada, es importante instaurar políticas urbanas vinculadas al concepto de la ciudad compacta, completa, densa y continua. Un mantra que no por manido, debemos dejar de repetir: desgraciadamente queda mucho camino que recorrer en lo que a ecología urbana se refiere.
Y es que una cosa es la teoría y otra la práctica. De hecho, el principal reto con el que nos solemos encontrar los urbanistas es en cómo plasmar esas fabulosas ideas sobre urbanismo sostenible en diseños concretos. Es en este salto es donde esta «baraja de cartas» puede sernos útil. Así, con el parcelario en una mano y los datos de viviendas a construir en otra, podemos empezar a valorar qué tipos de edificio es más conveniente edificar. También nos permite valorar si dejar demasiado espacio entre edificios puede traer problemas, vemos que por el extremo también puede haber (congestión, hacinamiento). Con 50 Urban Blocks se pueden planificar manzanas de 100×100 metros, proponiendo edificios según aumentamos en densidad o espacio ocupado, dando a su vez un índice de edificabilidad. En inglés y en castellano, por un lado y por otro, estas cartas son la primera colección de barajas diseñadas a facilitar el diseño urbano. Quien propone edificaciones puede ordenar las propuestas, combinar varios y escoger aquellas formas que por sus características se adapate mejor a su proyección arquitectónica.
Dicen sus creadores que es una herramienta especialmente útil para estudiantes y jóvenes profesionales, pero desde Paisaje Trasnversal creemos que sirve también para profesionales más experimentados. Porque gracias a un formato manejable y divertido, nos animan a jugar e imaginar la mejor ciudad futura. Solo nos queda una duda: ¿Habrá pronto una nueva colección de cartas con otros elementos del diseño urbano? Por el bien de la profesión y de nuestras ciudades, esperemos que sí.
Ficha técnica:
• 50 Urban Blocks (Cartas para diseñar)
• Serie: Densidad
• Dimensiones: 55 cartas (13 x 8 cm)
• Idioma: Español/Inglés
• ISBN: 978-84-617-9436-2
• Precio: 15 euros
Créditos de imágenes
01. Recontruir ciudades con piezas de Lego (fuente: Jan Vormann)
02. Ejemplo de sprawl urbano en Alicante: Gata Residencial (fuente: Nación Rotonda)
03-05 Imágenes de ’50 urban Blocks’ (fuente: a+t research)