Aplicar la perspectiva género al urbanismo implica repensar espacios y procesos urbanos desde una óptica crítica y sensible, con el objetivo claro de conseguir ciudades más inclusivas que contemplen todas nuestras diversidades y que permitan que todas las personas podamos desarrollar nuestro día a día en igualdad de (buenas) condiciones. Para ello, es necesario analizar las distintas herramientas, proyectos y procesos que influyen en la formalización de los espacios que habitamos. En consecuencia, el feminismo abre una ventana de oportunidad para analizar y considerar conjuntamente los diferentes quehaceres del urbanismo –desde el planeamiento hasta el detalle constructivo-. Por ello, es imprescindible que nos pongamos las «gafas violetas» si queremos combatir la desigualdad urbana y hacer de nuestras ciudades entornos más habitables, justos y sostenibles.
En Paisaje Transversal estamos desarrollando proyectos que nos están permitiendo corroborar la importancia de integrar la visión de género y las teorías feministas a distintas escalas y desde distintos ámbitos. Con una escala de proximidad está la reforma a través de un proceso de diseño colaborativo del espacio público del Parque de Pradogrande en Torrelodones (Madrid), donde la cercanía y el papel fundamental del parque en el desarrollo de las actividades cotidianas y de cuidados de la vecindad facilitó trabajar desde la experiencia directa y la óptica inclusiva, partiendo de un diagnóstico participado hasta llegar a diseñar de forma colaborativa un nuevo parque, más integrador, diverso y confortable. A una escala algo mayor, está el Plan de Activación y Mejora del Espacio Público (PAM!) en el barrio de Amara Berri en Donostia-San Sebastian, que acabamos de comenzar y que pronto os contaremos. El proyecto parte de una óptica interseccional y del estudio de las diversidades a la hora de vivir la ciudad: género, edad, diversidad cultural y personas racializadas, diversidad funcional, etc.
Aumentando la escala más y saltando al ámbito del planeamiento urbanístico, está el proceso que Inguru y Paisaje Transversal hemos comenzado junto con el Ayuntamiento de Lezama (Bizkaia) y sus habitantes, para la revisión de su Plan General de Ordenación Urbana desde la óptica de género. Es un proceso impulsado por el Gobierno Vasco para, en cumplimiento de la Ley para la Igualdad de Mujeres y Hombres, integrar la perspectiva de género en el planeamiento municipal y el urbanismo.
Este proyecto requiere repensar con detalle el planeamiento urbanístico adoptando una visión crítica y constructiva, implicando en el proceso tanto al personal técnico y responsables políticos municipales como a la ciudadanía en su conjunto. Es una gran oportunidad para aumentar la complejidad y sensibilidad de las políticas urbanas e incluir nuevas perspectivas que las enriquezcan.
Debemos ser conscientes, sin embargo, del alcance y las limitaciones de la reformulación de medidas cuando se trata de un proceso de revisión. No podemos obviar la subordinación de cada instrumento a un marco legal superior o a un sistema ya establecido, por lo que nunca será suficiente con “incorporar” a posteriori la perspectiva de género en un documento. Como os contamos hace unos meses, en Paisaje Transversal defendemos que la perspectiva feminista debe ser inherente a los distintos proyectos, e incorporarse desde el inicio y en todas sus fases. No obstante, ahondar en la norma urbana con una óptica feminista, teniendo presente su influencia en lo cotidiano, es constructivo y muy interesante. En cualquier caso, consideramos que cualquier avance es siempre muy positivo y que procesos como el de Lezama son imprescindibles para conseguir unas ciudades más inclusivas y diversas.
La participación ciudadana es una herramienta imprescindible para incluir la experiencia de la población en el proceso y descubrir cómo influyen las decisiones tomadas desde el planeamiento en su día a día. Teniendo en cuenta el desconocimiento que la ciudadanía tiene, en general, respecto a los instrumentos de ordenación, y la distancia existente entre éstos y el desarrollo de la vida cotidiana, realizar un proceso participativo exitoso, con una vertiente didáctica y formativa a la vez que propositiva, se ha convertido en un gran reto.
Porque, aunque parezca un instrumento alejado de la realidad cotidiana, son muchos los campos que aborda un Plan General que pueden analizarse desde la perspectiva de género, como por ejemplo:
- Impactos en el espacio público y percepción de seguridad: fachadas activas que permitan la vigilancia informal, tratamiento de muros y vallas, solares y locales vacíos, aparcamientos, medianeras, portales y soportales, etc.
- Espacios intermedios entre espacio público y vivienda: de cara a mejorar la percepción de seguridad y facilitar el encuentro, la crizanza y el desarrollo de actividades en espacios seguros y amables.
- Características de las viviendas, que deben facilitar y enriquecer la vida doméstica (entendiendo que hay múltiples formas de vivir lo doméstico) y, al mismo tiempo, conectar la vida privada con la pública, fomentando la vigilancia informal del espacio y trabajando la relación entre el espacio comunitario y el hogar.
- Espacios comunes de los edificios de vivienda colectiva, para facilitar el desarrollo de actividades cotidianas. Es posible pensar en espacios para guardar carros de niños, carros de la compra, bicicletas o sillas de ruedas, para realizar actividades comunitarias y de encuentro y juego, albergar servicios compartidos, etc.
Y podemos llegar a replantear el modelo de ciudad a futuro: la pertinencia de generar tejidos mixtos pensando en la riqueza de los recorridos cotidianos, la situación de equipamientos y nuevos espacios libres, las características de nuevos desarrollos, la relación con el medio natural, etc.
En Lezama estamos trabajando todos estos temas a través de una comisión de trabajo multidisciplinar donde participan miembros del Ayuntamiento, tanto técnicas y técnicos municipales como responsables políticos.
Al mismo tiempo, se han realizado una serie de entrevistas con entidades de la zona y grupos de mujeres y se ha abierto una fase de análisis y recogida de datos a través de una encuesta. Esta fase ha venido acompañada de dinámicas formativas en materia de género dirigidas tanto a personal técnico y político como a la ciudadanía, de cara a enriquecer los debates y las reflexiones sobre las implicaciones del urbanismo feminista.
Finalmente, como una de las actividades destacadas del proceso, hoy miércoles 17 de octubre, a las 17.00 en el Uribarri Topalekua realizaremos un “Foro de Ciudadanía” abierto a todas las vecinas y vecinos donde continuaremos reflexionando sobre los espacios urbanos de Lezama y compartiremos experiencias, perspectivas y propuestas.
¡Os esperamos!