Finalmente, si aumentamos, desde lo más objetivo –espacio, formas, cambios-, el grado de subjetividad en este proceso, llegamos a una tipificación y caracterización (en el perceptor) de su entorno. En base a aspectos de carácter como, si es: armónico (o no); Homogéneo / heterogéneo; Coherente / estrafalario; Legible / no legible; Bello…
- De apariencia: relativas al espacio (morfología y texturas); al tiempo (dinámicas y procesos) y a otros sentidos.
- De “latencia”: procesos latentes; funciones dominantes; Leyes del Sistema Urbano (planificación, catastro, leyes del sistema de tráfico); Estructuras relacionales/referenciales; Carácter sociológico/histórico (de los barrios o zonas)
- De significados: Símbolos; Referentes personales; Preferencias estética
Considerada como un sistema, pues, está la imagen que proyecta la ciudad, sometida a cambios, y debajo subyacen las funciones, procesos, relaciones, flujos, dinámicas y demás características intrínsecas del sistema urbano
- Adaptación a las condiciones físicas del lugar, versus transformación intensa del medio a través de procesos técnicos y tecnológicos
- Presencia o ausencia de la trama verde o natural (Goiania, El Cairo)
- Complejidad funcional (mezcla de usos en un centro urbano) frente a simplicidad: suburbio residencial de Los Ángeles (con centro comercial en primer plano)
- La repetición de “tipos” propia de la ciudad tradicional proporciona una grata homogeneidad. Frente a la seriación repetida de las edificaciones recientes, que resulta en una homogeneidad monótona y banal
- Legibilidad (estructura de plazas, avenidas, edificios singulares) –Plaza Mayor de Madrid- versus ilegibilidad (trama seriada y repetitiva, sin hitos, de Los Ángeles)
- Valor histórico e identitario (Morella, Castellón) frente a la falta de carácter de lo moderno (ensanche de Vallecas)
- El paisaje se construye por el ser humano, a lo largo del tiempo, en una relación funcional con el territorio que habita. Esto es particularmente relevante en las ciudades, en cuanto que son espacios de alta concentración de actividades humanas.
- Es necesario un superior conocimiento y planificación del paisaje de pueblos y ciudades, precisamente por ser los ambientes habituales de la mayoría de la población.
- Pese a lo polisémico y abstracto del concepto paisaje, es posible y necesario traducirlo a aspectos concretos y diferenciados, que lo hagan cognoscible y operativo, para su conocimiento, difusión y gestión.
- Un conocimiento adecuado del paisaje de pueblos y ciudades, será aquél que sintetice por un lado aspectos y variables objetivas que lo condicionan y son reconocibles por la generalidad, con aspectos subjetivos, relacionados con cómo lo perciben los distintos individuos y grupos sociales, y qué significan para ellos.
- Pese a que la visión habitual en las ciudades es fragmentada y de escenas, la percepción tiende a identificar, por agregación, tipos de paisaje con su propio carácter, así como otros elementos (singularidades, fachadas urbanas y perfiles, etc.) que tienen gran importancia en la forma en que interpretamos y nos orientamos en las ciudades.
- Pese a que los límites entre los diferentes espacios son a menudo difusos, resulta de utilidad matizar las metodologías según se apliquen a ciudades, a núcleos rurales, o a las áreas periurbanas.
En cuanto a los nuevos campos de investigación que se abren, dada la complejidad del tema y del ámbito espacial, la tesis no agota el tema, que podrá ser desarrollado por iniciativas posteriores, aplicaciones concretas, etc. En particular se consideran dignos de un desarrollo más específico los siguientes aspectos:
- El estudio detallado de las distintas formas de percibir en función del grupo social, la edad, el género, los referentes simbólicos etc. Y cómo afecta esto a la imagen conjunta de la ciudad para una comunidad urbana.
- Las formas en que el paisaje y su conocimiento se puede traducir en actividad económica y social, capaz de generar renta, empleo y bienestar a la población.
- Precisar los conceptos de fragilidad visual y fragilidad paisajística en las ciudades, de forma equiparable a como se trabaja en espacios supra-urbanos. En concreto, cabe ahondar en cómo se puede concebir la capacidad de absorción (o capacidad de sufrir alteraciones sin una afección importante para la imagen global) en las ciudades.
- Estudiar en detalle cómo están afectando las dinámicas recientes de las ciudades, así como de los modos de vida y las tecnologías, a su imagen, para poder establecer referencias para su planificación.
- Formas de introducir los resultados del modelo propuesto, en los instrumentos de planificación.