Ni amenaza inevitable ni solución milagrosa: una mirada al turismo desde territorios cotidianos

por admin

“… me digo que el turismo de masas y las macrogranjas son un mismo dispositivo de violencia cruenta; que el monocultivo turístico y la minería a cielo abierto son dos formas diferentes de una misma actividad de explotación y avaricia; que la urbanización sin freno, los campos de regadío y los bufets libres son una misma instancia de acumulación y colapso, piezas de un solo cuerpo hecho objeto y sometido al provecho humano. Todo es parte de un ambiente reducido a esclavitud, que alimenta a un sistema obeso y atiborrado”. 
Lodo, Begoña Mendez

Lloret de Mar. Fuente: Paisaje Transversal + Equal Saree

Nos acercamos a la llamada “temporada alta” y, con ella, el turismo vuelve a ocupar un lugar central en el debate público. Durante estos meses, muchas localidades reciben una afluencia masiva de visitantes, algunas de nosotras nos convertimos en turistas en otros territorios, ciertos barrios quedan deshabitados mientras otros pueblos recobran temporalmente la vida. A su vez, hay lugares que simplemente desaparecen, absorbidos por las dinámicas del turismo de masas. 

Lejos de ser un fenómeno homogéneo, el turismo se manifiesta de formas muy distintas según el contexto territorial, el periodo del año o el modo de vida cotidiano de pueblos y ciudades. El turismo puede actuar como un gran motor económico y cultural, pero también como una fuerza negativa si no se gestiona adecuadamente. Un turismo mal planificado o desproporcionado puede romper el equilibrio de un lugar, erosionar el tejido social y convertir espacios urbanos y rurales en escenarios vacíos de vida local, pensados exclusivamente para el consumo fugaz.

Paisaje Transversal abordamos la cuestión del turismo siempre desde una perspectiva crítica, consciente y profundamente territorializada. Entendemos que, para poder intervenir con rigor y proponer alternativas viables, es necesario analizar a fondo cada contexto y comprender sus dinámicas propias. Por eso trabajamos con municipios y territorios diversos para estudiar los efectos del turismo y plantear estrategias integradas que promuevan un equilibrio entre la actividad turística, la calidad de vida de la población y la sostenibilidad de los recursos

Con ello presente, queremos compartir algunas reflexiones clave que nos parecen esenciales para repensar el turismo desde una mirada transformadora.

Plaza Mayor de Madrid. Fuente: Paisaje Transversal + Grupo de Investigación Turismo, Patrimonio y Desarrollo, Universidad Complutense de Madrid

Integrar el turismo en el pensamiento estratégico

Según la Agencia de Turismo de las Naciones Unidas, el turismo es “un fenómeno social, cultural y económico que implica el movimiento de personas hacia países o lugares fuera de su entorno habitual”. Sin embargo, esta definición, aludiendo a una amplia variedad de situaciones y motivaciones vinculadas al desplazamiento de personas, invita a adoptar una mirada más compleja sobre sus causas y consecuencias. Cada viaje implica el uso de medios de transporte, el consumo de servicios como el alojamiento, y supone, además, un intercambio social y cultural en los destinos. En una sociedad marcada por la movilidad constante, el turismo debe entenderse como un fenómeno transversal que incide en múltiples dimensiones del territorio.

Abordar el turismo desde un enfoque integral exige un marco conceptual que articule de manera transversal los diferentes ámbitos sectoriales. Esta perspectiva es esencial para trabajar desde la planificación territorial. En este sentido, Paisaje Transversal estamos desarrollando, junto a la Diputación de Barcelona, un estudio para integrar el turismo en el desarrollo e implementación de las Agendas Urbanas y Rurales de la provincia. Este trabajo nos ha permitido analizar con profundidad seis casos de municipios con realidades muy diversas —como Castellón de la Plana, Castropol, la comarca de Guadix, Santa Susanna, Manresa o el Baix Llobregat— mediante entrevistas, grupos de discusión y análisis estratégicos.

Los resultados preliminares de este trabajo todavía en proceso nos muestran cómo una planificación turística, aunque diferente y adaptada a las realidades locales de los municipios, debe favorecer las necesidades e intereses del territorio, y no al contrario. Para ello, es clave entender el turismo como un vector transversal de las políticas públicas; identificando prioridades según el contexto local; reforzando la colaboración con el sector privado desde una lógica de valor compartido, y optimizando los recursos disponibles sin comprometer el bienestar de la vida cotidiana. De igual manera, la gestión de datos turísticos también se vuelve esencial para fundamentar la toma de decisiones.

Ocio en Lloret de Mar. Fuente: Paisaje Transversal + Equal Saree

Todo lo dicho se traduce en una puesta en valor de las narrativas propias, con el fomento de iniciativas económicas con impacto positivo y el establecimiento de una responsabilidad compartida sobre el cuidado del entorno y el paisaje, también, y especialmente con la ciudadanía en su conjunto. Esta óptica trata de impulsar un desarrollo cultural atractivo tanto para visitantes como para la comunidad local, sin perder de vista la necesidad de medir, vigilar y limitar los impactos para evitar efectos no deseados. De hecho, en territorios afectados por el turismo de masas, evaluar la capacidad de carga y gestionar de manera sostenible los recursos resulta fundamental.

Integrar el turismo en una estrategia urbana más amplia, conectada con otras políticas públicas y estableciendo una visión integral, permite evitar que se imponga un modelo de monocultivo turístico. Sabemos desde hace tiempo que la diversidad de usos, personas y experiencias es lo que da riqueza y resiliencia a nuestros territorios.

Un debate abierto

La integración del turismo en el desarrollo territorial es, en esencia, un desafío de equilibrio. Uno de los aspectos más complejos es su dimensión económica. ¿Qué implicaciones tiene apostar por un modelo económico centrado en el turismo? ¿A quién beneficia realmente y quiénes quedan al margen? El turismo es, sin duda, una fuerza económica de gran impacto, pero los recursos de cualquier territorio —el agua, la vivienda, los servicios públicos— son limitados. Esta tensión entre crecimiento y sostenibilidad exige una reflexión profunda sobre los límites que deben establecerse para garantizar el bienestar colectivo.

A ello se suma la dimensión cultural del fenómeno. El turismo implica mostrar, contar, representar. Enseñamos a quienes nos visitan aquello que queremos que conozcan, abrimos nuestras puertas a voces distintas, generamos intercambios que transforman tanto al visitante como al territorio que lo acoge. Esta apertura, que en principio puede parecer positiva, conlleva también riesgos: ¿cuál es la capacidad cultural de acogida de un lugar? ¿Cuántas visitas puede soportar una comunidad sin que su identidad, su forma de vida y su cultura local se vean diluidas o sustituidas?

Por último, conviene pensar en el impacto del turismo sobre la naturaleza y el medio rural. Cuando los paisajes, los entornos naturales o los pueblos menos habitados se convierten en productos turísticos, cabe preguntarse dónde está el límite entre dar a conocer y preservar, y cuándo se cruza la línea hacia su mercantilización. ¿Cómo proteger estos espacios sin despojarlos de su sentido ni convertirlos en escenarios diseñados solo para el consumo?

Lloret de Mar. Fuente: Paisaje Transversal + Equal Saree

Lloret de mar, una estrategia para equilibrar turismo e identidad

El Nucli Antic de Lloret de Mar, municipio de verano por excelencia del litoral mediterráneo, es mucho más que un espacio central dentro del municipio: es un reflejo de su historia y también de sus contradicciones. Nacido como núcleo pesquero y transformado por el turismo de masas, hoy se encuentra tensionado por la superposición de usos, concentrando tanto un entorno patrimonial como algunos de los principales retos urbanos del municipio.

Durante más de un año, hemos acompañado al Ayuntamiento y a la ciudadanía de Lloret de Mar en una reflexión sobre el futuro de este barrio a través de la redacción del Plan Director de Dinamización del Nucli Antic de Lloret de Mar

Se trata de un Plan en el que se trabajó, desde un enfoque integral y participado, su transformación en un modelo equilibrado y compatible con la vida cotidiana, la conservación del patrimonio y el desarrollo económico, priorizando las necesidades de las personas que viven y trabajan ahí.

Durante años, su densidad, el estado del parque edificado, la presión turística y comercial, la presencia de ocio nocturno y la progresiva pérdida de población residente han configurado una realidad compleja, que ahora se aborda con la definición del Pla Integral d’Actuacions de Millora (PIAM) del Nucli Antic. Un proyecto a largo plazo, con horizonte 2035, que busca revertir esta situación y sentar las bases de un modelo urbano más sostenible, habitable, justo y, sobre todo, integral, pasando de intervenciones aisladas a una estrategia coordinada que articule los esfuerzos municipales, vecinales y empresariales.

Plan Director de Dinamización del Nucli Antic de Lloret de Mar. Fuente: Paisaje Transversal + Equal Saree

El Plan Director está sustentado en un diagnóstico riguroso acompañado por un proceso participativo que ha permitido identificar cinco grandes retos: la recuperación del espacio público, la mejora de la cohesión social, la diversificación de la economía local, la gestión del ocio nocturno y la renovación del parque residencial. Estos desafíos se traducen en una estrategia integral que conecta la planificación urbanística con las necesidades sociales y económicas del barrio.

La transformación del espacio público se efectúa a través de la mejora de calles y plazas, apostando por la movilidad peatonal y la creación de zonas verdes. Además, el impulso a la regeneración se enfoca en facilitar el acceso a una vivienda digna mediante programas de rehabilitación, promoción del alquiler asequible y atracción de nuevos residentes. En paralelo, se busca el desarrollo de nuevos equipamientos comunitarios que funcionan como nodo de servicios sociales y espacio de convivencia, fortaleciendo el tejido social a través de proyectos culturales, educativos y comunitarios. El Plan aborda también el ámbito económico desde el fortalecimiento del pequeño comercio y el fomento de nuevas formas de emprendimiento, con atención especial a la economía de proximidad y a los servicios vinculados al turismo sostenible e inteligente. Además, se plantea mejorar la logística urbana y reforzar la formación profesional para facilitar la inserción laboral. 

Todo este proceso se acompaña por la definición de un modelo de gobernanza que incluye la creación de un Consell mixto con representantes del Ayuntamiento, la asociación de vecinos y vecinas del barrio, el tejido económico y personal técnico, garantizando, así, una gestión transparente y compartida del proceso. Asimismo, conviene destacar que el Plan estima una inversión necesaria de 9,7 millones de euros, que requerirá fondos provenientes tanto del Ayuntamiento de Lloret de Mar, como fondos europeos y subvenciones autonómicas. 

En relación con el turismo, el Plan no es solo una invitación a recuperar el vínculo con el lugar, construir ciudad desde la proximidad y redefinir el modelo urbano con la ciudadanía local como protagonista, es también laboratorio de transformación urbana, capaz de conjugar y equilibrar memoria y porvenir económico en una misma mirada.

Proceso de participación del lan Director de Dinamización del Nucli Antic de Lloret de Mar. Fuente: Paisaje Transversal + Equal Saree

La Plaza Mayor de Madrid: escenario, corazón y recurso turístico

Un caso singular y paradigmático, donde la componente turística y cultural cobra un papel protagonista, es el de la Plaza Mayor de Madrid. Se trata de un espacio de alto valor patrimonial, un lugar simbólico e identitario para la ciudadanía madrileña, un conjunto residencial y comercial donde (todavía) viven su día a día centenares de vecinas y vecinos y, al mismo tiempo, uno de los principales reclamos turísticos de la ciudad. Paisaje Transversal hemos tenido la oportunidad de reflexionar alrededor de los grandes desafíos originados por el propio potencial cultural y turístico de la plaza, redactando, de la mano de la Dirección General de Patrimonio Cultural y Paisaje Urbano del Ayuntamiento de Madrid, el Plan Director de la Plaza Mayor, junto con dos grupos de investigación de la Universidad Complutense de Madrid (Gestión del Patrimonio Cultural y Patrimonio, Turismo y Desarrollo).

Tal y como se recoge en el documento ya publicado en la página del Ayuntamiento, la Plaza Mayor ha sido, desde su origen, escenario de múltiples usos y eventos públicos (autos de fe, ferias y mercados, eventos taurinos, jardín arbolado, paso de tranvía, escenario de eventos socioculturales, etc.) y, testigo de grandes transformaciones políticas, sociales y urbanas. La llegada del turismo de masas ha supuesto sin duda un gran cambio en la dinámica urbana, junto con cambios en el  modelo de económico, los modos de transporte, o las formas de vida. A lo largo de los años, la plaza ha conseguido adaptarse a las diferentes voluntades y requerimientos de cada época sin perder su esencia y su valor simbólico, arquitectónico y cultural

Este Plan Director se suma a la serie de planes y proyectos que han puesto su granito de arena para conservar, proteger y dar a conocer esa esencia y, al mismo tiempo, impulsar las mejoras necesarias para afrontar los achaques del paso del tiempo y la intensidad de uso, y acompañar la aparición de nuevas dinámicas y necesidades sociales, culturales o económicas. Con él, buscamos dar respuesta coordinada a las necesidades existentes y, al mismo tiempo, acompañar las transformaciones de la plaza para que siga siendo un entorno con memoria, capaz de contar su historia, a la vez que un espacio vivo y adaptativo. 

Plan Director de la Plaza Mayor de Madrid. Fuente: Paisaje Transversal

Entre los temas claves analizados está el impacto que la especialización turística ha ido generando sobre la preservación y conservación del Bien. La turistificación excesiva del espacio está poniendo en riesgo la integridad de la Plaza, condicionando especialmente la conservación de sus valores inmateriales y dificultando la propia comunicación de sus valores culturales. Esto se percibe en el uso casi exclusivamente turístico del espacio público, en el deterioro de la diversidad de usos, en la pérdida de su carácter residencial (esencial en la concepción del edificio-plaza que compone la Plaza Mayor) derivado del auge de las viviendas turísticas, en el desproporcionado número de comercios de souvenirs y bares frente a otros establecimientos vinculados a los servicios para las comunidades locales, o en la estigmatización y pérdida de apego por parte de la población local. El exceso de actividad turística influye también en aspectos como la suciedad, el ruido, el impacto en el paisaje urbano y sus visuales, que interfieren en el disfrute y mantenimiento de este espacio patrimonial.

Plaza Mayor de Madrid. Fuente: Paisaje Transversal + Grupo de Investigación Turismo, Patrimonio y Desarrollo, Universidad Complutense de Madrid

Además, se identifican contradicciones internas que responden a una falta de un modelo turístico coherente (en el que coexiste un hotel de cuatro estrellas, con actividades informales o con hinchas de fútbol internacionales). 

Muchas de las cuestiones que afectan la conservación de la plaza implican directa o indirectamente a un espectro muy amplio de agentes y colectivos formales e informales. Además, la distribución de competencias en la plaza (de gestión patrimonial y urbanística, de actividades y licencias, de mantenimiento, de divulgación cultural, etc.) es muy amplia y extremadamente compleja. Por ello, el Plan Director defiende la necesidad de reforzar la gestión integral y la gobernanza colaborativa de la plaza, implicando a agentes públicos y privados para articular la actividad turística con la local, la actividad cultural con la vida cotidiana, y plantear una estrategia capaz de fijar objetivos y proyectos compartidos y planificarlos en el tiempo.

Plan Director de la Plaza Mayor de Madrid. Fuente: Paisaje Transversal

Turismo, naturaleza y territorios rurales

Como ya hemos mencionado, en el marco de los trabajos realizados junto a la Diputación de Barcelona para integrar el turismo en el desarrollo e implementación de las Agendas Urbanas y Rurales, analizamos diversos entornos y realidades. Entre ellos, se pueden destacar dos casos con una fuerte vinculación rural y natural: el municipio de Castropol y el Geoparque de Granada

Ambos representan escenarios especialmente significativos para explorar el papel del turismo como herramienta estratégica de desarrollo territorial, y ambos, también, son experiencias desarrolladas en el contexto del Programa Extraordinario de Planes de Sostenibilidad Turística en Destinos (PSTD), un instrumento de intervención de la Administración turística española, con financiación del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, que busca impulsar la transición de los destinos turísticos hacia un modelo más sostenible. Este programa ha permitido a muchos municipios abordar retos que trascienden lo estrictamente turístico.

Los PSTD han sido aprovechados para poner en marcha actuaciones con un impacto mucho más amplio: desde el desarrollo de redes de caminos naturales, que, además de fomentar el turismo de naturaleza, refuerzan la conexión entre núcleos urbanos y entornos rurales, a la implantación de sistemas de movilidad sostenible, como redes ciclistas a escala supramunicipal, pasando por la mejora de equipamientos públicos y la protección de zonas naturales de alto valor paisajístico.

En el caso de Castropol, por ejemplo, el PSTD ha permitido diversificar su economía en un contexto marcado por el declive poblacional, vinculando el turismo a otras actividades como la recuperación del frente marítimo o el aprovechamiento de su puerto. Esta mirada amplia al turismo permite activar nuevas oportunidades económicas y sociales desde una perspectiva de sostenibilidad territorial. 

Geoparque, Granada

Por su parte, el Geoparque de Granada ofrece un ejemplo paradigmático de cómo el turismo puede integrarse en una planificación estratégica multiescalar. A partir del PSTD, se ha realizado un riguroso estudio de indicadores de sostenibilidad que ha permitido definir la capacidad de carga del territorio. Este proceso ha desembocado en la elaboración de un pacto territorial por el paisaje y el turismo sostenible, que se ha convertido en una herramienta clave para ordenar el territorio. El pacto no solo gestiona la actividad turística, sino que también permite a las administraciones locales abordar cuestiones como la implantación de infraestructuras energéticas, estableciendo acuerdos de custodia del territorio que garantizan una gestión más equilibrada y coherente con los valores del paisaje.

Estos casos muestran cómo el turismo puede servir como una puerta de entrada para articular políticas públicas más amplias. Lejos de limitarse al simple movimiento de personas, procesos como estos ilustran que, si se gestiona con visión estratégica, el turismo puede contribuir a ordenar el territorio, mejorar la economía y la gobernanza local y generar desarrollo sostenible. 

Algunas conclusiones

El análisis del turismo desde una perspectiva crítica y territorializada nos obliga a alejarnos de enfoques simplistas. El turismo no es, en sí mismo, ni una amenaza inevitable ni una solución milagrosa, sino un fenómeno que debe ser comprendido en su complejidad. Su impacto depende de cómo se gestione, desde qué mirada se integre en la planificación y a qué objetivos colectivos responde.

A través de estos trabajos, hemos podido constatar que, más allá de las diferencias de escala, contexto o intensidad turística, existe una necesidad común de repensar el turismo como parte de una estrategia territorial amplia. El turismo, entendido como el movimiento de personas hacia un lugar, genera oportunidades de dinamización económica, revitalización social y preservación cultural, pero también puede provocar graves tensiones sobre los recursos, el mercado de vivienda o el equilibrio ecosistémico.

Desde esta perspectiva, lo fundamental no es tanto promover sin límites o restringir el turismo, sino generar herramientas que permitan gestionar sus efectos. Esto implica medir, dialogar, establecer pactos y, sobre todo, poner la vida local y los ecosistemas en el centro. Cuando el turismo se planifica desde la escucha y el respeto a los ritmos, memorias y límites del territorio, se convierte en un aliado. En cambio, si se impone sin mediación, corre el riesgo de erosionar aquello que le da sentido. La clave está, entonces, en construir un modelo que no responda al monocultivo turístico, sino a la pluralidad de vidas, usos y necesidades que hacen habitable un lugar.

Plaza Mayor de Madrid. Fuente: Paisaje Transversal + Grupo de Investigación Turismo, Patrimonio y Desarrollo, Universidad Complutense de Madrid

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