Ciudades por la naturaleza

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Micro bosque en rue Billaudel. Fotografía: © R. Escher. Fuente: bordeaux.fr

En los últimos años, la naturalización urbana se está consolidando como un eje clave en la planificación y regeneración de nuestras ciudades. Un enfoque que, impulsado por las políticas europeas del Green Deal y las convocatorias de la Fundación Biodiversidad en el marco del PRTR, ha permitido que la naturaleza se situe en el centro de la agenda urbana en múltiples municipios del estado. La aprobación del nuevo Reglamento Europeo de Restauración de la Naturaleza reforzará aún más esta línea de trabajo, reconociendo por primera vez a los entornos urbanos como espacios prioritarios para la restauración ecológica.

En concreto en nuestro contexto más próximo, contamos con ciudades pioneras que hace más de una década comenzaron a integrar la naturaleza en su planificación urbana, como Barcelona y Vitoria-Gasteiz, impulsoras de los primeros planes de infraestructura verde. Desde entonces, se han sumado numerosos municipios que desarrollan estrategias y proyectos de naturalización de ecosistemas clave, como ríos, áreas forestales, ejes viarios o microespacios urbanos. Hoy, tras este recorrido, entramos en un momento decisivo: es tiempo de evaluar, contrastar y compartir experiencias para identificar los modelos más eficaces y garantizar la eficiencia y la coherencia a largo plazo de este proceso de transformación.

Ciudades x Naturaleza

En este marco, el Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz organizó “Ciudades x Naturaleza”, una jornada concebida como un espacio de encuentro para compartir avances y reflexionar sobre los retos futuros de la naturalización urbana.

Con la coordinación técnica a cargo de Paisaje Transversal, el encuentro fue una oportunidad para compartir conocimientos, intercambiar experiencias y dar visibilidad a proyectos de naturalización urbana desarrollados tanto en Vitoria-Gasteiz como en otras ciudades. La sesión estuvo dirigida principalmente a personal técnico de administraciones públicas, aunque también contó con la participación de universidades, centros de investigación, empresas, asociaciones y entidades vinculadas a la infraestructura verde, la planificación urbana y la adaptación al cambio climático.

El programa incluyó la presentación de estrategias de naturalización urbana por parte de ciudades invitadas como Barcelona y Burdeos, que compartieron sus experiencias y aprendizajes. Asimismo, representantes del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz detallaron los avances de su propia Estrategia de Infraestructura Verde Urbana. Como cierre de la jornada, se realizó una ruta técnica para visitar algunos de los proyectos más emblemáticos implementados en la ciudad, lo que permitió observar sobre el terreno cómo se materializan estos procesos de renaturalización.

HiriakXNatura/CiudadesXNaturaleza. Participantes en la jornada. Fotografía: Paisaje Transversal

La jornada se enmarcó en el proyecto Los Herrán Berria, orientado a fortalecer la infraestructura verde urbana y renaturalizar el eje de Los Herrán, uno de los principales conectores urbanos de la ciudad. Esta iniciativa, impulsada por el Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), forma parte del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) y cuenta con financiación de la Unión Europea a través de los fondos NextGenerationEU.

Un nuevo marco para la naturalización de nuestras ciudades 

Como antesala al diálogo entre ciudades, Manuel Oñorbe Esparreguera, Jefe de Servicio de la Subdirección General de Biodiversidad Terrestre y Marina del MITECO, ofreció una ponencia clave en la que presentó detalles relevantes del nuevo Reglamento Europeo de Restauración de la Naturaleza. Este nuevo marco normativo sitúa, por primera vez, a los entornos urbanos como prioridad para la restauración ecológica, reconociendo que en ellos reside la mayor parte de la población europea.

HiriakXNatura/CiudadesXNaturaleza. Presentación del nuevo Reglamento Europeo de Restauración de la Naturaleza, a cargo de Manuel Oñorbe Esparreguera, Jefe de Servicio de la Subdirección General de Biodiversidad Terrestre y Marina (MITECO). Fotografía: Paisaje Transversal

Más allá de métricas e instrumentos, el nuevo reglamento plantea un cambio estructural profundo en la forma de concebir, planificar y gestionar las ciudades. Propone repensar el territorio urbano desde una perspectiva ecológica, en la que la naturaleza no es un añadido, sino una infraestructura esencial. Entre sus objetivos más ambiciosos destaca la prohibición de la pérdida neta de espacios verdes y cobertura arbórea urbana existente hasta 2030. A partir de esa fecha, los Estados miembros deberán asegurar una tendencia positiva y sostenida en ambos indicadores. De esta forma, se consolida la idea de que las ciudades ya no pueden permanecer al margen del cambio ecológico, sino que deben liderar activamente un proceso de transformación que es vital para la salud pública, la biodiversidad y la resiliencia frente al cambio climático.

Para ello, el reglamento (Reglamento (UE) 2024/1991) introduce obligaciones concretas para los Estados miembros en relación con los ecosistemas urbanos. Su enfoque no se limita a la conservación, sino que promueve una restauración activa de los espacios verdes y del arbolado en ciudades y áreas suburbanas.

Dos conceptos fundamentales estructuran esta nueva estrategia: el Espacio Verde Urbano (EVU) y la Cobertura Arbórea Urbana (CAU). El primero abarca todas las superficies vegetales presentes en el entorno urbano —desde árboles y arbustos hasta estanques, praderas o incluso musgos—, mientras que el segundo se refiere a la superficie cubierta por la copa de los árboles. Estos indicadores se convierten en herramientas clave para evaluar la salud ecológica de las ciudades y orientar sus políticas de intervención.

En el caso de España, este reglamento implica una responsabilidad directa para más de 1.300 municipios clasificados como urbanos o suburbanos, según los criterios de Eurostat. La planificación territorial deberá adaptarse a este nuevo marco normativo, lo que exigirá una estrecha coordinación entre administraciones locales, comunidades autónomas y el Gobierno central.

Un diálogo entre ciudades

Una vez establecido el marco normativo, la jornada se articuló en torno a un diálogo entre tres ciudades que permitió al público conocer distintas estrategias y experiencias concretas para incorporar la naturaleza al espacio público. Este intercambio ofreció una visión práctica y aplicada de la renaturalización urbana, mostrando que se trata de un objetivo viable cuando se combinan planificación estratégica, compromiso institucional y participación ciudadana.

El diálogo contó con la participación de Karine Gessner, subdirectora general del Departamento de Territorios y responsable del territorio de Burdeos, quien presentó el enfoque de la ciudad francesa en materia de naturalización y recuperación del espacio público. Desde Barcelona, intervinieron Coloma Rull Sabaté, jefa del Departamento de Biodiversidad del Instituto Municipal de Parcs i Jardins, que expuso la visión estratégica recogida en el Plan Natura Barcelona 2030, y Rosa López Olmos, arquitecta coordinadora del Programa Superilles y del Programa Espais Interiors del Ayuntamiento de Barcelona, quien ofreció una perspectiva más urbana centrada en la implementación de ambos programas acompañada de ejemplos concretos.

Por parte de Vitoria-Gasteiz, la presentación corrió a cargo de Eduardo Rojo Fraile, jefe del Servicio de Espacio Público y Medio Natural del Ayuntamiento, y Ane Itziar Velasco, jefa del Área de Infraestructura Verde del Centro de Estudios Ambientales (CEA), que compartieron la experiencia de la ciudad en el desarrollo e implementación de su estrategia de infraestructura verde urbana.

Bordeaux Grandeur Nature

Burdeos, reconocida por su arquitectura clásica y su rico patrimonio, se ha consolidado también como un laboratorio urbano en constante transformación. Situada a orillas del Garona, la ciudad ha transitado desde los paisajes industriales del siglo XIX hacia un modelo urbano más humano, resiliente y natural, que guía tanto su presente como su visión de futuro.

HiriakXNatura/CiudadesXNaturaleza. Presentación del programa Bordeaux Grandeur Nature, a cargo de Karine Gessner, subdirectora general del Departamento de Territorios y responsable del territorio de Burdeos. Fotografía: Paisaje Transversal

En las últimas décadas, Burdeos ha experimentado una profunda metamorfosis, siendo, al mismo tiempo, una de las principales referentes en proceso de naturalización urbana. La ciudad, anteriormente dominada por la actividad portuaria y el tráfico motorizado, ha apostado por una reconfiguración del espacio público que favorece al peatón, al ciclista y a la infraestructura verde. Esta transformación responde a desafíos concretos como la crisis climática o la necesidad de revitalizar los vínculos sociales en el entorno urbano.

Su plan estratégico, “Bordeaux Grandeur Nature” ejemplifica una apuesta por una ciudad calmada, con menos tráfico y contaminación, y más accesible para modos de movilidad sostenibles. Esta visión se apoya en una inversión pública de 51 millones de euros destinados a reverdecer espacios públicos de proximidad durante un período de seis años.

Jardin de pluie rue Georges-Bonnac. Fotografía: © R. Escher. Fuente: bordeaux.fr

Las prioridades del plan son claras: reducir la huella de carbono mediante la incorporación de vegetación y priorizar a los colectivos más vulnerables —niños, personas mayores y personas con movilidad reducida— en el diseño del espacio urbano. Bajo esta lógica, Burdeos ha avanzado en la desartificialización del suelo, recuperando su permeabilidad, plantando árboles, creando jardines de lluvia e impulsando espacios donde la naturaleza pueda coexistir con el ritmo de la ciudad.

El enfoque no se limita a intervenciones físicas: la participación ciudadana es un pilar fundamental. Informar, concertar y coconcebir son las tres formas de implicación que promueve el municipio, a través de procesos participativos y presupuestos ciudadanos que permiten a los vecinos proponer y decidir sobre proyectos en sus barrios. Esto resulta especialmente valioso en una ciudad con restricciones como un centro histórico protegido, calles estrechas y un subsuelo densamente ocupado por infraestructuras.

Micro bosque en rue Billaudel. Fotografía: © R. Escher. Fuente: bordeaux.fr

Proyectos como la transformación del cours Maréchal Juin, con 37 árboles y más de 4.000 plantas nuevas, o la reconversión de la plaza Renaudel, que combina patrimonio histórico y espacio peatonal, ejemplifican esta evolución. También destacan actuaciones en zonas como Billaudel, donde se eliminaron calles para generar microespacios verdes con mobiliario urbano, o el programa “Rue aux enfants”, que convirtió una calle convencional en un entorno lúdico y naturalizado para la infancia.

Otros ejemplos emblemáticos son los miniparques creados en cruces como Nancy/Labit o en la plaza Mareilhac, donde se sustituyeron aparcamientos por áreas de juego, zonas de descanso y vegetación. En todos los casos, la estrategia combina la recuperación del espacio público para la ciudadanía con mejoras en el confort térmico, la biodiversidad y la cohesión social. Incluso intervenciones menores, como la renaturalización de aceras o fachadas, evidencian la voluntad municipal de reconectar a los habitantes con la naturaleza cotidiana.

Los resultados son ya visibles: entre 2019 y 2022, el uso del coche y del autobús ha disminuido, los tiempos de desplazamiento se han reducido y, notablemente, el uso de la bicicleta ha aumentado en un 19%.

Barcelona I: Plan Natura 2030

La ciudad de Barcelona, con más de 1,6 millones de habitantes concentrados en poco más de 100 km², afronta un reto urbanístico contemporáneo: transformar su tejido urbano denso en un entorno más saludable, socialmente inclusivo y respetuoso con el entorno natural.

A través del Plan Natura Barcelona 2030, el Ayuntamiento busca transformar la ciudad en un entorno más verde, resiliente y diverso. Lejos de limitarse a crear más zonas ajardinadas, el objetivo es consolidar una red ecológica conectada, saludable y adaptada al cambio climático, que beneficie tanto a la ciudadanía como al entorno natural.

HiriakXNatura/CiudadesXNaturaleza. Presentación del Pla Natura 2030 de Barcelona, a cargo de Coloma Rull Sabaté, jefa del Departamento de Biodiversidad del Instituto Municipal de Parcs i Jardins (Ayto. Barcelona). Fotografía: Paisaje Transversal

Este compromiso se estructura en torno a varios ejes estratégicos que articulan desde la creación y mejora de espacios verdes, hasta la implicación directa de la ciudadanía. Se trata de una hoja de ruta que, entre 2021 y 2030, contempla la realización de más de cien proyectos, algunos de ellos considerados “tractores”, con impacto transformador en el tejido urbano.

Para ello, uno de los pilares del plan es la naturalización del espacio público. Esto implica sustituir modelos de jardinería tradicionales por una gestión ecológica más coherente con los procesos naturales. Así, las zonas verdes de Barcelona están siendo rediseñadas para favorecer la entrada espontánea de flora y fauna, aumentar la biodiversidad, mejorar la estructura del suelo y reducir el uso de recursos. Desde la eliminación del glifosato en 2016, hasta la instalación de refugios para erizos, torres de murciélagos o estanques para anfibios, las actuaciones son tan diversas como innovadoras.

Pla Natura Barcelona 2030. Fuente: Ayuntamiento de Barcelona

Los beneficios de esta transformación son múltiples. Para los ciudadanos, se traduce en entornos más saludables, accesibles y con mayor valor paisajístico. Para el ecosistema urbano, implica una mejora significativa en la conectividad ecológica, el aumento de la biomasa vegetal y una mayor presencia de especies autóctonas. Incluso la fauna urbana se beneficia directamente: crece la diversidad de polinizadores, aves y pequeños mamíferos, que encuentran ahora espacios más adecuados para vivir y reproducirse. Asimismo, el plan también contempla acciones específicas para la protección de especies amenazadas y se han elaborado planes de acción detallados que incluyen desde la monitorización de la fauna urbana hasta el control de especies invasoras, pasando por la formación continua de técnicos, jardineros y personal externo. 

El Plan Natura 2030 no está exento de desafíos. La disminución global de fauna, la sequía persistente, la compactación del suelo urbano y la falta de conocimiento sobre muchos aspectos de la biodiversidad local son algunos de los obstáculos señalados. A esto se suma la necesidad de un cambio cultural en la percepción del verde urbano: la naturalización, en ocasiones, se interpreta erróneamente como dejadez o desorden, cuando en realidad representa una estrategia de gestión sofisticada y adaptativa.

A pesar de estas dificultades, con este plan Barcelona se alinea con las estrategias europeas y globales por la biodiversidad, y cada vez más ciudadanos comprenden la importancia de reconectar con la naturaleza en el día a día. Las cifras de participación en actividades ambientales han crecido, y el conocimiento sobre fauna y flora urbana se expande gracias a proyectos como el Atlas de la Biodiversidad o las guías de flora y fauna distribuidas entre los trabajadores municipales.

Barcelona II: los programas Superilles y Espais de Proximitat i Interiors

Pero Barcelona no solo enfrenta los grandes desafíos de cualquier metrópoli —la contaminación, la falta de espacios verdes, la saturación vial—, sino que también aborda cuestiones profundamente humanas y sociales: el envejecimiento de la población, la soledad no deseada, la gentrificación o la necesidad de revitalizar el tejido comunitario.

HiriakXNatura/CiudadesXNaturaleza. Presentación de programas Superilles y Espais de Proximitat i Interiors de Barcelona, a cargo de Rosa López Olmos, arquitecta coordinadora de dichos programas. Fotografía: Paisaje Transversal

En este contexto, el Ayuntamiento ha optado por mirar el espacio público como una palanca estratégica de transformación. Reconfigurar calles, plazas y espacios intersticiales ya no es solo una cuestión de diseño o funcionalidad, sino una oportunidad para regenerar el entorno urbano en su conjunto. La apuesta es clara: hacer que caminar, respirar, convivir y conectar con la naturaleza sean actos cotidianos, accesibles y equitativos para toda la ciudadanía.

Uno de los ejes más reconocibles de esta transformación es el programa Superillas, una iniciativa que reestructura la red viaria tradicional para dar prioridad al uso ciudadano frente al tránsito motorizado. En este modelo, los vehículos ceden protagonismo a la vida peatonal, al descanso, al juego y a la conversación. El proyecto se materializa en nuevos ejes verdes y plazas que no solo modifican la infraestructura física, sino que cambian radicalmente la experiencia urbana: sombras que refrescan, vegetación integrada, biodiversidad emergente, y una notable reducción del ruido y la contaminación. El objetivo es transformar calles y manzanas en espacios de convivencia, bienestar y valor ecológico.

Programa Superilles. Fuente: Ayuntamiento de Barcelona

En paralelo, el programa Espais de Proximitat i Interiors (PEPI) busca recuperar y naturalizar rincones urbanos hasta ahora infrautilizados: solares vacíos, patios de manzana, cubiertas o medianeras que, tras su activación, se convierten en pulmones de barrio. Estas intervenciones introducen vegetación —horizontal o vertical—, sombras y soluciones de urbanismo táctico que los integran en la vida diaria. El impacto potencial es notable: se estima que podrían generarse más de 22 hectáreas de nuevos espacios verdes, una superficie comparable a la del parque de la Ciutadella.

Más allá de las actuaciones físicas, subyace una visión integral: mejorar el confort climático, integrar el agua como recurso en lugar de amenaza —mediante pavimentos permeables y sistemas urbanos de drenaje sostenible—, reducir la mortalidad asociada al calor y la contaminación, y fortalecer la economía local, la cohesión social y la salud comunitaria. Estudios en salud urbana estiman que estas transformaciones pueden evitar cientos de muertes prematuras, al tiempo que elevan el bienestar general.

Al igual que en el caso de Burdeos, la participación ciudadana es otro pilar clave. Lejos de plantear una planificación vertical, estos programas se nutren de procesos de escucha, diálogo y cocreación con vecinas y vecinos, lo que fomenta una ciudad más democrática, donde el éxito no se mide únicamente en cifras —número de árboles, metros peatonales ganados, decibelios reducidos—, sino también en percepciones: ¿Se siente mejor la calle? ¿Hay más juego? ¿Surgen nuevas relaciones entre las personas? 

Preguntas que atienden también los desafíos urbanos contemporáneos, como riesgo de gentrificación o la pérdida de identidad barrial. Tensiones que existen sensibilidad, evaluación continua, necesidad de participación y capacidad de adaptación.

Infraestructura verde urbana en Vitoria-Gasteiz 

Vitoria-Gasteiz ha sabido construir, a lo largo de las últimas décadas, un relato urbano en el que la naturaleza es un elemento estructurante del modelo de ciudad. Lo que comenzó como una respuesta a los desafíos clásicos de la periferia urbana —grandes vacíos, infraestructuras degradadas, baja funcionalidad ecológica y un crecimiento urbano desarticulado—, se transformó en una estrategia integral que coloca a la naturaleza en el centro de las soluciones urbanas.

HiriakXNatura/CiudadesXNaturaleza. Presentación del Sistema de Infraestructura verde urbana de Vitoria-Gasteiz, a cargo de Eduardo Rojo Fraile, jefe del Servicio de Espacio Público y Medio Natural del Ayuntamiento, y Ane Itziar Velasco, jefa del Área de Infraestructura Verde del Centro de Estudios Ambientales (CEA). Fotografía: Paisaje Transversal

En lugar de limitarse a introducir zonas verdes de forma aislada, la ciudad apostó por diseñar un sistema de infraestructuras verdes urbanas, generando el conocido como “Anillo Verde”, un cinturón periurbano que articula parques, humedales recuperados, corredores fluviales y bosques, y que ha evolucionado hacia una red ecológica, social y urbana de múltiples funciones. 

A través de este proyecto no solo se regeneraron entornos naturales degradados, también se crearon espacios de ocio, se impulsó la biodiversidad y, sobre todo, se construyó una nueva mirada sobre cómo integrar lo natural en lo urbano. 

Las soluciones basadas en la naturaleza que se aplicaron en el Anillo Verde no solo solventaron los problemas ambientales iniciales, sino que permitieron descubrir su verdadero potencial multifuncional. Más allá de resolver cuestiones concretas, aportaron beneficios sociales, económicos y ecológicos. Esa experiencia fue tan transformadora que, en 2014, la filosofía del Anillo Verde se trasladó a la trama urbana, dando origen al Sistema de Infraestructura Verde Urbana

Su planteamiento se fundamenta en la construcción de una extensa malla verde multifuncional que atraviese toda la ciudad. Una red que crece desde el Anillo Verde hacia dentro y hacia fuera, mejorando y reforzando los servicios ecosistémicos —todo aquello que la naturaleza ofrece para el bienestar humano. 

HiriakXNatura/CiudadesXNaturaleza. Ruta técnica por Vitoria-Gasteiz. Fotografía: Paisaje Transversal

Este sistema está formado por espacios que se conectan entre sí: zonas verdes urbanas que suman 445 hectáreas y áreas verdes periurbanas que alcanzan las 827 hectáreas. Incluye parques, jardines, calles y plazas arboladas, zonas deportivas, huertos urbanos, arroyos, medianas, rotondas, e incluso elementos menos convencionales como cubiertas y fachadas vegetales.

Sin embargo, y a pesar de que Vitoria-Gasteiz ya cuenta con una alta dotación de zonas verdes —20m² por habitante—, aún es importante reconocer la necesidad de diversificar y complejizar estos espacios. Por ello, la ciudad está apostando por nuevas formas y oportunidades para naturalizar su territorio, con la introducción de diseños innovadores basados en la naturaleza que permitan que los espacios verdes adquieran nuevas funciones: aumentar la biodiversidad, mejorar la gestión del agua y del suelo, reverdecer calles y edificios, acercar la naturaleza a la vida cotidiana de las personas, etc. 

HiriakXNatura/CiudadesXNaturaleza. Ruta técnica por Vitoria-Gasteiz. Fotografía: Paisaje Transversal

Estas iniciativas incluyen desde la plantación estratégica de árboles para captar CO₂ y reducir el calor urbano, hasta la creación de huertos, estanques para prevenir inundaciones y prácticas de jardinería sostenible que favorecen la fauna local.

Estas acciones se despliegan por toda la ciudad, desde barrios consolidados a zonas escolares o el Casco Medieval. La lógica de red verde integra calles, plazas, huertos, patios escolares y espacios residenciales. Cada intervención, por pequeña que sea —una mediana vegetal, un parterre de flores, un tramo de pavimento permeable—, contribuye al engranaje de esta red, de manera que toda la ciudad se convierte en un ecosistema urbano vivo, más habitable, equitativo, resiliente y conectado

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