por Javier del Amo Ruiz El cineasta Jesús Franco, hablando sobre Madrid, comentaba que para él esta ciudad era 50% Villaconejos, 50% Detroit. Es la misma sensación que siempre he tenido desde que vivo en ella y creo que es una de sus características más remarcables: la dualidad inconexa. Villa y Corte, pueblón manchego y capital de España, Azca y Lavapiés… Lo que más me interesa de una ciudad son las sensaciones que ésta me genera y lo que me transmite Madrid es desestructuración. La ciudad no se ha hecho ni se hace desde una visión global en la que luego se integran sus partes, sino que se ha ido haciendo por adiciones, tanto en lo físico-material (crecimientos urbanos), como en lo social (hecha por sucesivos aluviones de emigrantes). Sólo hay que ver cualquier acera de la ciudad para ver una muestra de ésto: salidas del gas, del agua, un poco de acera, un kiosco de la ONCE, unos bolardos… Madrid no se piensa desde la globalidad, sino desde lo particular y eso impide que haya conciencia de ciudadano, que es la persona que entiende su ciudad y trata de mejorarla, dándole un carácter propio. Madrid es una ciudad efervescente, precisamente por la intensidad de sus extremos y nuestra labor debe ser que esos extremos se integren. Sólo así Madrid se convertirá en la ciudad deseada. fotos: Oscar Martín
EL MADRID DESEADO
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3 comentarios
lo bueno si corto, dos veces bueno.
congratulations!
sin duda, Madrid es una ciudad extrema, pero tal vez lo más interesante (por utilizar un ¿eufemismo?) resida en la conforntación de estos extremos.
En este sentido creo que tiene mayor sentido hablar de de conflicto. Madrid es una ciudad llena de conflictos. Pero más allá de los conflictos sociales,raciales,económicos que podamos pensar creo que la madre de todos los conflictos es el que se libra entre la esfera de la cultura y la esfera de las instituciones. Creo que esa falta de un proyecto común y la consecuente falta de institucionalización de la cultura en Madrid es donde reside el verdadero potencial de la ciudad y su mayor encanto.
Una vez una amiga mía que vino de turismo a Madrid desde Praga (y cuando digo turismo, digo apenas dos días de visita trepidante para ver la Cibeles y el Museo del Prado a matacaballo), me dijo un poco conpungida que Madrid era fea. Y yo en ese momento pensé que, claro, que viviendo en Praga… aunque más tarde me vino a la cabeza la idea de que en realidad Madrid es una de esas ciudades que frustra las expectativas del turista: la bonita catedral, el gran río, la ciudad vieja,… Supongo que todo depende de qué turista se hable y con muchos matices de por medio, y habría que leerse alguna guía de Madrid para ver qué prometen de la ciudad, pero en mi opinión la cuestión es que Madrid no es monumental o, al menos, no lo es en su conjunto. De este modo, no produce la impresión que puede buscar alguien que visita una capital,… o sí.
Yo, que vivo en Madrid y que me gusta disfrutarla (y, por este mismo motivo, pienso que mejor que se mantenga con este porcentaje de parecido con Villaconejos), pienso que esta ciudad, por suerte, no es del todo ciudad-escaparate o ciudad-atracción, lo cual no la hace tan visitable pero sí un poco más vivible,… aunque todo llega, ya están trabajando por ello.