Para lograr una mejor comprensión de los fenómenos urbanos resulta muy útil combinar el análisis técnico con las percepciones ciudadanas. Ambas aproximaciones cuentan con sus propias metodologías y herramientas diferenciadas, pero en ambos casos la irrupción de las nuevas tecnologías ha abierto muchas posibilidades para gestionar grandes cantidades de datos. En el ámbito de los análisis técnicos, una de las herramientas de mayor potencial y que más se ha desarrollado en los últimos años es el análisis de datos espaciales. En proyectos relacionados con la movilidad rodada, por ejemplo, es muy común realizar modelizaciones de tráfico, pero por regla general, el resto de dimensiones del espacio público se suelen quedar fuera de este tipo de estudios.
Las calles de una ciudad son el elemento más importante de su estructura y no sólo por su función de distribución de flujos (de personas, fauna, mercancías, servicios, etc.), sino también porque constituyen la mayor parte del espacio público, y por tanto, aglutinan una enorme cantidad de actividades como interacciones sociales, deporte, ocio, etc. En la configuración del espacio urbano inciden muchos factores interdependientes entre sí, por lo que resulta fundamental tener una aproximación holística que aborde las diferentes dimensiones del espacio público.
En Paisaje Transversal hemos tratado de plasmar esta filosofía en la metodología de la triple dimensión del espacio público. Aunque su origen está en la escala de intervención sobre espacios públicos concretos, sus principios pueden orientar otros análisis a mayor escala y en red. En este sentido, el uso de las herramientas digitales puede ser muy útil para realizar análisis cuantitativos de parámetros que caracterizan los recorridos urbanos.
A continuación, se muestran algunos ejemplos de análisis realizados con estas herramientas, clasificados según la metodología de la Triple Dimensión del Espacio Público.
Accesibilidad y conectividad
1- Análisis de cobertura: Analiza los puntos de la trama urbana a una distancia caminable de un determinado servicio (estaciones de transporte público, equipamientos, parques…).
Este tipo de análisis sirve para evaluar de forma detallada el grado de cobertura y la proximidad de la población a un determinado servicio. Resulta muy útil para localizar los lugares que están demasiado alejados como para ir caminando a satisfacer alguna necesidad cotidiana como ir al colegio, al parque o al médico.
2- Análisis de enrutamientos: Número de usuarios que utilizaría cada tramo de la red para acceder a su equipamiento más cercano por el camino más corto (Estaciones de transporte público, equipamientos, parques…)
La metodología seguida tiene en cuenta la estimación de usuarios potenciales en cada portal según el tipo de equipamiento (niños, jóvenes, mayores, público general…) y calcula la ruta peatonal más corta hasta aquél que se encuentre más cerca. El análisis no contempla la posibilidad de que los usuarios vayan a equipamientos que no son los más cercanos, sigan rutas más largas, utilicen otros modos diferentes al peatonal o no sean usuarios de los equipamientos. Por este motivo, los resultados no deben ser tomados como una plasmación perfecta de la realidad, sino como la representación de los recorridos cotidianos en un modelo de ciudad de proximidad.
Los resultados del análisis, por lo tanto, son útiles para tomar decisiones sobre qué medidas tomar para favorecer la caminabilidad de estos recorridos.
3- Análisis de centralidad (Morfología de la red): Establece, a partir de la morfología de la red de calles (la longitud de los segmentos, el número de conexiones con otros segmentos de calle, el ángulo de giro en las intersecciones, etc.), la centralidad de cada segmento de calle, es decir, lo conectado que está con otras calles y, por tanto, el potencial de que se pase por allí dada una distancia determinada. Esta distancia normalmente se establece según sea recorrible a pie o en diferentes medios de transporte en superficie.
Es un tipo de análisis que se realiza a menudo para determinar el potencial comercial de una calle. Si es una calle de paso, es posible que tenga más afluencia de gente y por tanto su potencial comercial será mayor. A partir de la centralidad de una red de calles, se puede analizar también la relación de centralidad de un tipo de espacio, como por ejemplo los parques o los equipamientos de algún tipo, respecto de la red de calles y un conjunto de puntos de origen, como los portales de los edificios, o las parcelas de una ciudad.
Confort y naturalización
Estudia la adaptación de la ciudad a las necesidades climáticas, ecológicas, paisajísticas y medioambientales.
1- Densidad y variedad del arbolado en las calles
Tomando como base la geolocalización del arbolado se puede medir la densidad y diversidad de especies de arbolado por tramos de viario, asignando un valor a cada tramo. Se obtiene de esta manera una imagen general del nivel de arbolado viario, aspecto fundamental para el confort del peatón.
2- Sección de calle y reparto modal
En caso de disponer de una buena cartografía que diferencie entre espacio dedicado al peatón, al ciclista, al vehículo rodado o de convivencia, se pueden obtener datos de reparto modal a nivel global y hacer estimaciones de adecuación del espacio peatonal por tramos de viario. De este modo podemos obtener una imagen global de la caminabilidad del lugar estudiado.
3- Pendientes y accesibilidad
Usos y gestión
Estudia la convivencia de diferentes actividades en la ciudad, así como su grado de integración o especialización espacial.
1 – Densidad y variedad de actividades (comercios, equipamientos, portales de vivienda, etc.)
A través de la geolocalización de actividades de fuentes abiertas (datos de organismos públicos o de páginas como Open Street Maps) se puede calcular la densidad y diversidad de locales comerciales, equipamientos, portales, etc. por tramos de viario, asignando un valor a cada tramo. Se obtiene de esta manera una imagen general de las principales calles comerciales de la ciudad.
Gracias a estos análisis de datos espaciales, obtenemos visualizaciones que, bien entendidas, nos ayudan a sacar conclusiones sobre el funcionamiento de la trama urbana. Con este conocimiento podemos tomar decisiones mejor informadas, lo que redundará en un trabajo más riguroso y por tanto en una mayor eficacia de las propuestas de los planes o proyectos.
Paisaje Transversal hemos seguido este proceso de trabajo en varios proyectos, obteniendo como resultado esquemas de organización de viario que pueden servir como esquema general de ciudad o para pormenorizar espacialmente diferentes propuestas como la limitación de las posibilidades de cambio de uso de locales comerciales a vivienda, la priorización de actuaciones de reurbanización, la creación de ámbitos de actuación para abrir viarios o introducir nuevos usos o la apertura de espacios libres de mantenimiento privado para mejorar las condiciones de accesibilidad y calidad de los recorridos peatonales.