#MiCiudadAC2: Evaluación del primer taller de trabajo en El Ejido (Málaga)

por Paisaje Transversal

El primer workshop para la regeneración urbana del barrio de El Ejido, enmarcado dentro del proyecto Mi Ciudad AC2, supuso la primera toma de contacto del análisis técnico realizado en el entorno con la percepción de sus usuarios y ciudadanos residentes. 

En líneas generales, se buscaba un trabajo cooperativo de los vecinos, los estudiantes y los técnicos con los cuatro criterios prestablecidos por el proyecto Mi Ciudad AC2, destinados a mitigar el cambio climático. La meta era ponerlos en crisis al enfrentarlos a las necesidades locales, así como obtener directrices concretas de las conclusiones. Además, la lógica del taller, por ser la primera acción en la que se integraba a los habitantes del barrio, introdujo un objetivo implícito más allá de la obtención de propuestas para cada ámbito de estudio. Resultó imprescindible, de cara al desarrollo futuro de las estrategias, propiciar espacios que permitiesen conseguir el compromiso y la apropiación del proyecto por parte de los distintos actores que configuran el tejido social de El Ejido. La duración del taller (dos días) planteaba un escenario ambicioso para este propósito; no obstante, gracias a distintas iniciativas, conseguimos una valiosa aproximación entre todos.

El taller planteado por Rizoma Fundación consistió en convocar a una gran diversidad de colaboradores y participantes, dejando abierta la estructura del taller de trabajo, con el fin de generar las dinámicas del taller in situ y de modo colaborativo. Esta realidad permitió adaptar el proceso a los participantes: técnicos de la Administración, profesores, vecinos, representantes de la AMPA y en su mayoría estudiantes universitarios y de Bachillerato, tanto de El Ejido como de otros lugares como Míjar o Granada. 

La radiografía de los asistentes era positiva por su heterogeneidad, aunque contó con pocos habitantes del barrio. Ante esta situación, los colaboradores tuvimos que plantear dinámicas que permitiesen tanto el intercambio de información entre los asistentes como la apertura del taller al exterior, para aumentar el número de vecinos informados e interesados. Era de vital importancia construir un «grupo motor» y que sustentara el futuro del proceso para poder seguir tejiendo relaciones y dinámicas inclusivas con el «barrio habitante».

El programa establecido para alcanzar los objetivos citados se dividió en dos días. Durante el primer día, los participantes intercambiaron percepciones entre ellos y con los vecinos para sacar conclusiones con las que idear acciones en el barrio, a través de dinámicas en el aula combinadas con recorridos por el ámbito. Durante el segundo día, se llevaron a cabo las acciones y, posteriormente, se evaluaron las ideas y conclusiones obtenidas, según los criterios del proyecto Mi Ciudad AC2 y sus posibilidades de implantación futura. 

Las actividades en el aula durante el primer día consiguieron mezclar a los participantes del taller de trabajo, lo que generó de forma indirecta una sensación de proyecto común y mejoró el potencial integrador de la suma proactiva de los agentes, independientemente de los roles originales con los que se acercaron al workshop. Sin embargo, esta misma condición impidió que algunos participantes que solo pudieron asistir el primer día aportasen su visión y modo de trabajo más personal, como por ejemplo los estudiantes de Bachillerato de Míjar, quienes no asistieron la segunda jornada. Esta circunstancia puso de manifiesto la necesidad de adaptar continuamente las dinámicas a los distintos grados de participación de los asistentes.

Los recorridos por el barrio empujaron a los participantes del taller de trabajo a iniciar relaciones con agentes del entorno (comerciantes, camareros/as, vecindad organizada y no organizada, etc.). De esta primera toma de contacto se obtuvo como respuesta generalizada de los vecinos la voluntad de involucrarse en el proceso e incluso, en momentos determinados, la necesidad de tener más voz. De esta respuesta tan positiva se deduce que en El Ejido existe un tejido social potencialmente participativo. 

Durante el segundo día, se afianzaron las relaciones entre los agentes y se concretaron las estrategias de actuación. De este modo, se realizaron cuatro acciones que canalizaron los temas de interés generados durante los distintos debates previos. 

El traslado de las facultades del Campus de El Ejido a Teatinos —un proceso ya iniciado que ha dejado edificios vacíos que actualmente están en desuso— fue uno de los temas que distintos cargos de la universidad, estudiantes, representantes de la AMPA y, posteriormente, asociaciones vecinales empezaron a debatir, con la consiguiente generación de propuestas. Mientras las asociaciones vecinales reclamaron poder desarrollar actividades en estos recintos, los estudiantes propusieron acondicionarlos e introducir actividades asociadas a las asignaturas. Por su parte, los representantes de la AMPA hablaron de introducir usos mixtos, como la apertura de la biblioteca universitaria a los residentes. La última propuesta a este respecto, apoyada por un grupo de estudiantes de arquitectura, fue recuperar uno de los edificios abandonados (los «barracones») y dotarlo de programas vecinales. A esta iniciativa hay que sumar la voluntad de la asociación de Mujeres de Fuente Olleta de realizar algunas de sus actividades en las instalaciones de la universidad, la posible colaboración de más estudiantes y profesores en la gestión de este proyecto y el interés en la propuesta de la arquitecta del Ayuntamiento, María Dolores Jiménez, encargada de la redacción del Plan Especial de El Ejido.

 

Otros primeros vínculos se establecieron en torno a la propuesta de un vecino, representante de El Caminito: aprovechar el espacio que el Ayuntamiento de Málaga les ha cedido para un huerto urbano, como lugar de encuentro dinamizador del proyecto. En concreto, los miembros de Zuloark lanzaron la propuesta de utilizar este espacio para realizar prototipos como la construcción colectiva de mobiliario urbano con el apoyo del Fab Lab de Sevilla, idea que también apoyaron un grupo de estudiantes, y en la que se interesaron las técnicas de Participación del Ayuntamiento. 

La recuperación de los solares del barrio como espacio público fue el catalizador de diversas energías. La suma del trabajo previo realizado por los técnicos contratados por el OMAU que identificaron estos espacios, junto con la percepción de un grupo de estudiantes de la oportunidad que estos suponían, desembocaron en una acción sobre uno de los solares. A través de esta intervención, un grupo de vecinos, que llevaba tiempo reclamando al Ayuntamiento los solares como espacio público, vio en el proyecto Mi Ciudad AC2 una posible vía para conseguir este objetivo. La recuperación y cualificación de los solares es una estrategia que tanto Miriam Rein, técnica contratada por el OMAU, como María Dolores Jiménez consideran de fácil ejecución y elevados beneficios.

Por último, se reveló el potencial de los espacios públicos de conflicto como dinamizadores de la participación ciudadana. Algo similar ocurrió en la plaza junto a la calle Hermosilla, que funciona como barrera entre la zona de Cruz Verde y la universidad por su mal tratamiento en la diferencia de cota; allí, a partir de la acción realizada por un grupo de estudiantes, se desencadenó una importante implicación de diversos ciudadanos en su barrio. Los vecinos interactuaron espontáneamente con las tizas y las notas adhesivas que dejaron en el espacio los estudiantes, dibujando y escribiendo sobre su plaza y barrio deseado, y construyendo un espacio puente sobre lo que era un espacio barrera. 

Finalmente, observamos cómo las distintas dinámicas permitieron aprovechar las sinergias entre vecinos, colaboradores y técnicos, lo que dio lugar a posibles compromisos y colaboraciones de cara al futuro. Esto fue todo un éxito como punto de partida.

El workshop ha brindado una oportunidad, que deben exprimir las partes que quedan involucradas en el desarrollo posterior del proceso, para probar los resultados con la vecindad, y así crear un proceso y unos resultados inclusivos. Dicho proceso debe ser entendido como un proceso de participación real y de interacción colectiva entre todos los agentes implicados: Administración, técnicos, universidad, ciudadanía organizada, estudiantes, juventud, etc. 

Una recomendación de cara al futuro: el proceso de regeneración participativa debe ir acompañado de intercambios y procesos de sensibilización sobre las cuatro áreas de trabajo prestablecidas por el proyecto Mi Ciudad AC2; concretamente, es necesario que dicho proyecto de regeneración urbana incluya un proceso de mediación social entre los territorios en oposición: zona norte y zona sur (Cruz Verde).

Más información sobre el taller el proyecto Mi Ciudad AC2:

https://www.paisajetransversal.org/search/label/Mi%20Ciudad%20AC2

http://www.miciudadac2.eu/

Revisión y corrección de estilo del texto a cargo de Sara Hernández Pozuelo

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3 comentarios

AlumnoEAM 16 mayo, 2012 - 19:53

Desde la perspectiva de un participante del taller, destacar el interés que tuvo, tanto la temática como los resultados obtenidos. El pasar a la acción el segundo día mediante las propuestas que surgieron hicieron que muchos alumnos abriésemos los ojos y pudiésemos comprobar de primera mano qué es trabajar conjuntamente y directamente con ciudadanos, comprobando que es posible, algo que desgraciadamente no estamos acostumbrados a escuchar en las escuelas y que se echa mucho en falta en nuestra formación.

Anónimo 18 mayo, 2012 - 11:05

El Ejido está en Almería 😉

Jon Aguirre Such 18 mayo, 2012 - 16:04

Hola!

Muchas gracias por vuestros comentarios. Esperamos que más alumnos se animen a comentar sus impresiones al respecto.

Anónimo: El Ejido, además de ser una localidad de Almería también es un barrio de Málaga donde está situado el campus de esta ciudad.

El Ejido es un barrio situado en el distrito Centro de la ciudad de Málaga, España. Limita al norte con el barrio de Olletas; al este, con el barrio Cristo de la Epidemia; al sur, con Lagunillas, La Merced y San Felipe Neri; y al oeste con el barrio de Capuchinos.

Fuente: wikipedia 😉

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