Son muchas y muy relevantes las voces que reclaman una planificación urbana más sostenible, humana y amable con las personas. Una manera de diseñar la ciudad en la que los recursos sean gestionados de manera eficiente, que gane calidad de vida para sus habitantes y que el espacio público sea equitativo para que cada persona se sienta integrada y segura en él. Si cada uno de nosotros nos paramos ahora mismo a pensar cuáles de estos requisitos se cumplen en la ciudad en la que vivimos, seguramente la respuesta sea muy negativa. Si atendemos a las problemáticas urbanas que más preocupan en la actualidad, además del impacto del turismo, podemos hablar de la contaminación, de la forma de movernos por la ciudad y de las actividades que podemos realizar al aire libre en nuestras urbes. Pero hay mucho más.
Pero si salimos de las urgencias y miramos quién tiene espacio en las calles y quién no acabamos por ver que todo está interrelacionado. Desde hace décadas, las calles de las ciudades están pensadas para los vehículos a motor y eso hace que muchas vías ‘expulsen’ de manera tácita otras formas de movilidad –bicicletas, patinetes, peatones- e incluso a determinadas personas –ancianos, niños, personas con movilidad reducida-. Los porcentajes son abrumadores: actualmente se destina el 70% del suelo a un medios de transporte que solo lleva al 40% de los pasajeros (los coches), ¿es esto racional? ¿Por qué las plazas de antaño destinadas al paseo de los vecinos se han reducido a meras rotondas para coches? Si queremos cambiar la jerarquía de los coches sobre las personas es hora de hablar de Calles Completas.
Con este término se describe la práctica que aboga por repartir el espacio de forma proporcional para las personas, vayan en el transporte que vayan y sean cuales sean sus circunstancias. Por eso, cuantas más personas puedan desplazarse en diferentes términos por la misma vía más ‘completa’ será esa calle. Formas de moverse como usando el coche, el bus, la bicicleta o a pie, pero también características de las personas como la infancia, la tercera edad o la discapacidad. Está contrastado que las calles que se perciben como más seguras, interesantes y agradables son las calles que tienen mayor diversidad, mayor actividad y mejor vegetación y equipamiento, en definitiva las calles más completas. Un concepto que ya está aplicado e implementado en países como Canadá, Dinamarca y buena parte de Latinoamérica. Incluso en nuestras ciudades también existen buenos ejemplos de ello como es el caso de Donostia, Vitoria o Bilbao.
Frente a la lucha por el espacio que pueden percibir algunos –que entienden medidas en favor de los peatones como una medida ‘anticoche’- , se propone que los carriles sean versátiles y cubran todas las necesidades. Una Calle Completa dedicará el suficiente espacio a cada medio de transporte de manera que se plasme como proporcional este uso del espacio público. En contra de lo que mucho opinan, una calle peatonal no sería una Calle Completa por sí sola, aunque sirva para compensar otras zonas próximas dedicadas en exclusiva al tráfico rodado o tenga ampliaciones de uso para facilitar la vida en la ciudad –como la carga y descarga o el acceso de vehículos de residentes-. Debemos ponernos de forma conjunta a diseñar una ciudad más vivible, ya que la única manera de que funcione hacerlo entre las personas que la componen. Es el momento de decidir y diseñar conjuntamente el futuro de nuestras calles y ciudades.
Así, tomando como referencia estas reflexiones y las referencia citadas, desde Paisaje Transversal y Hécate Ingeniería, a través del trabajo conjunto que realizamos en el laboratorio urbano #Churruca15, nos hemos animado a importar el modelo Calles Completas a España. Una propuesta que se concibe como herramienta para la mejora integral de la movilidad y el espacio público. Y no solo eso, es que permite incorporar tanto a la ciudadanía y como a los usuarios de diferentes modos de transporte tanto en el análisis de los problemas como el diseño de las soluciones. A fin de cuentas, transformar nuestras ciudades en espacios más vivos y amables es un reto compartir en el que todas las personas debemos participar.
Este artículo es una adaptación y ampliación texto publicado en diciembre de 2017 en el blog de la Fundación Arquia. Podéis leer el artículo original aquí.
Más información sobre Calles Completas
Para profundizar más en la propuesta de Calles Completas os recomendamos el artículo que publicamos en la revista académica Planur-e: «Reinventando la calle: hacia un modelo de Calles Completas para ciudades vivas»
Además podéis encontrar más información así cómo el vídeo de nuestra presentación en TEDxMadrid, haciendo clic aquí.
Actualmente Paisaje Transversal y Hécate Ingeniería estamos desarrollando el primer prototipo de Calles Completas para el Ayuntamiento de Aspe (Alicante). Ampliaremos información sobre el proyecto a la vuelta de vacaciones
Dando forma al primer prototipo de #CallesCompletas que estamos desarrollando para @aytoaspe (Alicante) junto a @hecateing 😎 Calles Completas es una herramienta para la mejora integral de la #movilidad y el #EspacioPublico de nuestras ciudades. Más info: https://t.co/JTrIDXEjRB pic.twitter.com/OcJ3MucRDj
— Paisaje Transversal (@paistransversal) July 25, 2018
Créditos de las imágenes:
Imagen 1: Distribución del espacio según modos de transporte para la Plaza de Cibeles de Madrid (fuente: Paisaje Transversal) Imagen 2: Esquema la sección de una Calle Completa tipo (fuente: Paisaje Transversal)