CRÓNICA #IRONIAYSOSTENIBILIDAD (II): VIAJE POR LA PERIFERIA RESIDUAL DE MADRID

por Paisaje Transversal

A continuación podéis leer la segunda entrega de la serie sobre las jornadas Ironía y sostenibilidad que estamos publicando en nuestro blog. Para leer la primera entrega haz click aquí.

Desguaces La Torre (foto: Paisaje Transversal)

21 de septiembre: Viaje por la periferia residual de Madrid

Para la segundo día de Ironía y Sostenibilidad, el colectivo Basurama organizó un recorrido por la periferia de Madrid, que se dividió en un bloque temático por la mañana y otro por la tarde. La sesión matinal estuvo centrada en los lugares donde se gestionan algunos de los residuos sólidos de la capital, mientras que por la tarde se visitaron las distintas promociones inmobiliarias contempladas por los famosos Programas de Actuación Urbanística, más conocidos como PAU.

El viaje por los límites de la metrópoli madrileña contó con la presencia de Alfonso de Val, miembro de GEA 21 y experto en tratamiendo de residuos y aguas, quien amenizó los trayectos en autobús con una ingente cantidad de reflexiones, datos y propuestas de lo más interesantes sobre el reciclaje y la gestión de los residuos. Durante sus intervenciones, De Val remarcó la necesidad de regular la situación de los recogedores informales de chatarra, de cara a una optimización del reciclaje de productos metálicos; insistió en la necesidad de mejorar los mecanismos de recogida y separación de la basura en origen; y propuso soluciones para combatir la desertificación del territorio madrileño a través del uso del compost de calidad.

Alfonso de Val durante una de sus explicaciones (fuente: Basurama)

Los miembros de Basurama y Paisaje Transversal también intervinieron activamente en el debate que se generó en el interior del autobús, aportando datos y reflexiones sobre los distintos centros de tratamiento de residuos del itinerario y sobre las características urbanísticas de los PAU, respectivamente.

Durante la primera parte del peregrinaje por el extrarradio, se visitaron lugares como Desguaces Hermanos López o Desguaces La Torre, dos modelos contrapuestos en lo que a tratamiento y reciclaje de residuos se refiere. A este respecto resultó sintomático el grado de transparencia de cada una de las dos empresas: si bien en la primera solamente solo pudimos pasear por los alrededores de sus instalaciones respetando una holgadísima distancia de seguridad, en la segunda transitamos libremente acompañados por un guía todas las instalaciones del complejo industrial.

Vista interior de una nave de Desguaces La Torre (fuente: Paisaje Transversal)

En este sentido, cabe destacar la labor de Desguaces La Torre, empresa pionera en España en el reciclaje y desmontaje de coches, que se dedica a la venta de las piezas obtenidas en este proceso, que van desde espejos retrovisores hasta motores enteros.

A continuación, y tras una breve incrusión en un tramo de la Cañada Real, el periplo matinal finalizó a las puertas del vertedero de Valdemingómez, al que no se nos permitió el acceso. Tras este fallido intento de acceso, Basurama preparó un pícnic en el parque forestal Fuente Carrantona, más conocido como «el cementerio de los árboles de Madrid». Más que un parque, estas hectáreas de terreno vallado son una unidad de cuidados paliativos para árboles, cuando no una suerte de morgue vegetal directamente. Este erial, situado al este de la capital, contiene alrededor de 10 000 árboles transplantados y moribundos –producto de una normativa municipal que establece que el Ayuntamiento de Madrid no tala árboles si no los transplanta–, lo que representa una de la escenas naturales más dantescas que el ser humano pueda contemplar: cientos de árboles secos, en proceso de descomposición o, en el mejor de los casos, luchando por su supervivencia frente a las inclemencias del clima mesetario, se alzan sobre un terreno inerte y polvoriento en el que apenas pueden encontrarse metros cuadrados de sombra en los que guarecerse del sol. Tremendamente desolador.

Pícnic en «el cementerio de los árboles de Madrid» (fuente: Basurama)

Toda vez comprobados los efectos de los políticas ambientales del consistorio, el recorrido prosiguió por los distintos PAU que han colonizado los márgenes de Madrid en la última década. Un bucle infinito con punto de partida en el ensanche de Vallecas, meta en Montecarmelo y desarrollo en Sanchinarro y Las Tablas, en el que las desafortunadas decisiones urbanísiticas (sobredimensionamiento del viario y los espacios verdes, diseño de manzanas con patios interiores multifuncionales que vacían de actividad la escena urbana, espacios públicos inhóspitos con un notable déficit en el mantenimiento, bajos comerciales sin uso…) han generado un paisaje urbano de lo más vacuo y hostil. La ciudad genérica en versión española. Al final uno acababa mareado de pasar siempre por el mismo sitio

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