El pasado nueve de octubre echaba a andar el Programa Operativo de Crecimiento Sostenible para el periodo 2014-2020, uno de los programas encargados de canalizar en España la financiación procedente del Fondo Europeo de Desarrollo Regional. El POCS, bajo la idea de promover un crecimiento sostenible, inteligente e integrador, está organizado en torno a cuatro grandes ejes temáticos: Economía baja en carbono, Desarrollo urbano sostenible integrado, Mejora de la calidad del agua y Transporte sostenible.
A la puesta en marcha en octubre del Programa Operativo le ha seguido el lanzamiento de la convocatoria, realizada por el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas, para la presentación de Estrategias Integradas de Desarrollo Urbano Sostenible Integrado (EDUSI), un requisito establecido en este periodo para financiar actuaciones y proyectos dentro del Eje temático de Desarrollo urbano sostenible. Así, durante los últimos meses, hemos visto cómo este término ha ido apareciendo en multitud de medios y noticias relativas a la actividad municipal, haciendo referencia a la intención de las Entidades Locales de presentarse esta convocatoria.
A través de las Estrategias DUSI se define para este nuevo periodo un planteamiento de planificación estratégica integrada que constituye, sin duda, un aspecto positivo. En primer lugar, supone un paso más en la línea de los anteriores periodos de financiación -el antiguo programa URBAN, después denominado Iniciativas Urbanas- con la que se apuesta por el enfoque integrado de un conjunto de acciones multidisciplinares que contribuyen, en conjunto, a la consecución de unos objetivos.
Lo que esta convocatoria plantea como novedad es una transición desde el concepto de regeneración urbana -que constituía el objetivo último del programa en anteriores convocatorias- hacia la idea más amplia de desarrollo urbano integrado. Se plantea así un mayor énfasis en el análisis y la identificación de los retos para el conjunto del área urbana, a partir de los cuales ha de proponerse un planteamiento estratégico y la delimitación de un ámbito de actuación, que puede ir desde un barrio determinado hasta áreas funcionales más amplias, excediendo incluso el conjunto de la ciudad.
Durante estos últimos meses, en Paisaje Transversal hemos tenido la oportunidad de colaborar en la elaboración de la Estrategia DUSI de dos ciudades en la que ya habíamos trabajado: Zaragoza y Olot. En el caso de Zaragoza el trabajo se ha realizado junto con Tecnalia Research & Innovation y Fundación Circe; para el desarrollo en Olot hemos contado con una de nuestras colaboradoras en Cataluña, Consol Prados.
En ambos casos el proceso se ha desarrollado en torno a dos fases de trabajo: la primera de ellas, de diagnóstico y análisis integrado, ha estado destinada a la identificación de los retos, las problemáticas y los potenciales a los que debería hacer frente la Estrategia. La segunda fase, por su parte, ha estado destinada a la definición de la visión estratégica, los objetivos y las Líneas de Actuación que conformarían la Estrategia Integrada. A lo largo de las dos fases el trabajo técnico se ha combinado con sesiones de trabajo y participación con técnicos, responsables municipales y agentes sociales y económicos del ámbito local, que han servido para identificar las líneas de trabajo planteadas en los distintos programas y planes municipales, establecer las temáticas y ámbitos prioritarios e identificar los retos y los objetivos que deberían estructurar la Estrategia.
Si bien la metodología de trabajo ha sido semejante en ambos casos, ya que en gran medida venía determinada por la propia convocatoria, los resultados han sido sin duda diferentes, algo lógico por las particularidades de cada una de estas dos ciudades.
Zaragoza, la ciudad de los barrios
Los retos y las conclusiones extraídas a través del análisis realizado en Zaragoza han puesto de manifiesto la necesidad de que la Estrategia DUSI centre su actuación sobre la ciudad consolidada. Tras los hitos en el desarrollo de la ciudad que han supuesto el Plan Integral del Casco Histórico y las grandes infraestructuras que, con motivo de la Expo, han permitido la proyección de la ciudad hacia fuera, es el momento de que Zaragoza vuelva la mirada hacia sus barrios tradicionales, uno de los ejes que ya se identificaban en el Marco Estratégico Zaragoza 2020.
Esta llamada periferia interior –la primera corona alrededor del Casco Histórico y el Centro– ha sufrido un importante proceso de declive derivado del traslado de la población joven hacia otros barrios más modernos y el consiguiente envejecimiento demográfico. A este hecho han contribuido la baja calidad de la vivienda y los problemas de acceso a esta, la falta de espacios públicos y zonas verdes, la inadecuación de unos equipamientos y servicios poco adaptados a las necesidades de la población, así como una paulatina pérdida del comercio de proximidad y el abandono de la red de mercados.
Para ello, no obstante, la ciudad contará con el importante potencial que supone el movimiento asociativo de estos barrios, así como con estudios y planes de barrio –desarrollados en los últimos años a través de la propia iniciativa vecinal– a través de los cuales se han identificado muchas de las problemáticas a las que atenderá la Estrategia.
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Olot, ciudad conectada
Los retos de Olot, en cambio, pasan por cuestiones muy diferentes. Si bien las dinámicas de desigualdad y exclusión resultan también importantes, han sido igualmente relevantes los condicionantes derivados de su tamaño –un municipio de 34.000 habitantes–, de su situación como área urbana inserta en un Parque Natural, y del potencial que suponen los numerosos activos patrimoniales de la ciudad.
A estos aspectos se añade un fenómeno que se ha ido produciendo en la ciudad en las últimas décadas, como es la traslación de la centralidad urbana desde el Nucli Antic hacia zonas más modernas y más próximas a los barrios de rentas más altas. De este hecho se ha derivado una pérdida de la cohesión de la ciudad en su conjunto, que se ha puesto de manifiesto en los barrios del Nucli Antic y Sant Miquel a través de una concentración de la población de bajas rentas, una falta de contacto con el entorno natural, un proceso de degradación de su Patrimonio cultural y cívico y una desigualdad creciente a nivel social, funcional y económico.
Todas estas cuestiones han llevado a plantear una estrategia basada en la conectividad de la ciudad desde tres perspectivas: con su entorno y su historia, entre las personas, agentes y colectivos que la habitan, y con los retos globales. Esta última se ha planteado como una línea de trabajo de carácter innovador y transversal que tratará de abordar las respuestas de un área urbana de tamaño medio ante las dinámicas de cambio a nivel ambiental, económico y tecnológico.
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Si bien ambos procesos se han desarrollado en el marco de la convocatoria del Ministerio y con el objetivo de permitir a las ciudades presentarse a la misma, las Estrategias de Desarrollo Urbano Sostenible Integrado marcan una línea de trabajo que muchos municipios han puesto en marcha por primera vez. Por eso, e independientemente de que la financiación llegue o no, constituyen una oportunidad que no debe ser desaprovechada y que marca el camino hacia un trabajo de planificación a largo plazo, que excede los objetivos de otros instrumentos de planificación de carácter más sectorial –como son los Planes Generales, los Planes de Movilidad Sostenible o los Planes de Inclusión y cohesión social– y que deberá permitir definir un modelo de ciudad compartido por la administración y sus agentes ciudadanos y económicos.
Créditos de las imágenes: Imagen 01: Presentación de la EDUSI de Zaragoza (fuente: Ayuntamiento de Zaragoza)
Imagen 02: Logo EDUSI (fuente: Red de Iniciativas Urbanas)