Escuchar a los ríos para caminar hacia un futuro más verde

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Conectividad verde en las antiguas tierras agrarias de la ciudad del apóstol

por Salvatore Pinna

«Entre el Sar y el Sarela está Santiago de Compostela», recita un refrán gallego.

Las Brañas do Sar vistas desde las Santas Mariñas en 1929 (Compostela Verde) – fuente: elespañol/quincemil

Y así es: aunque no lo parezca, la capital gallega es una ciudad fluvial. Sus antiguos “polígonos industriales” se encontraban a la orilla de sus dos ríos o, mejor dicho, su río (el Sar) y un afluente (el Sarela, diminutivo de Sar). Hoy en día, los dos cursos de agua desarrollan un importante papel en el territorio urbano, tanto para la protección medioambiental como para el gozo del verde urbano por parte de los habitantes (Ilustración 1).

Ilustración 1: La ciudad de Santiago entre los ríos Sarela y Sar (Fuente: Xeoportal – Concello de Santiago)

Sar y Sarela son topónimos antiguos que se deben identificar con el río Sars mencionado por Pomponio Mela en el I sec. e.c.[1]. El primero tiene una longitud de 42 km, desembocando en el río Ulla en el término municipal de Padrón, mientras que el curso del río Sarela mide solamente 10 km, bordeando el límite noroeste de la ciudad y desembocando en el Sar cerca de la AC-548.

[1] Abelardo Moralejo Leso, Notas acerca de hidronimía gallega

Ilustración 2: la zona de las Brañas de Sar. Fuente: https://compostelaverde.santiagodecompostela.gal/

«Brañas es una palabra gallega

que identifica zonas parcialmente anegadas

situadas a las orillas de un río»

Las orillas de ambos ríos conservan vestigios de la actividad humana que aprovechaba la presencia y la energía del agua para su desarrollo. La cuenca del Sar es muy importante por su papel histórico, ya que fue un asentamiento de actividades agrícolas y ganaderas en tiempos remotos. De hecho, la zona es conocida como As Brañas do Sar* cubre una superficie de 33 Ha al pie del monte Gaiás (Ilustración 2). Las excavaciones arqueológicas para la realización de la Ciudad de la Cultura, en el año 2000, sacaron a la luz terrazas para el cultivo delimitadas por muros cuya antigüedad remonta a los siglos V–VII e.c.

*(brañas es una palabra gallega que identifica “zonas parcialmente anegadas, situadas a las orillas de un río, que están verdes todo el año y en las que antiguamente pacía el ganado de las pequeñas explotaciones agrarias gallegas”[2])

[2] https://www.parquefluvialdesantiago.org/es/las-branas/

Los ríos Sar y Sarela y Santiago de Compostela en 1908 – fuente: «otropunto» de vista sobre el territorio

Aunque las brañas sufrieron alteraciones debido a la construcción de un área polideportiva, una parte de ellas conserva su naturaleza originaria, constituida por “bosque de ribera […con] manchas aisladas monoespecíficas de sauces o alisos”. Los bosques se alternan con las herbeiras, campos realizados en suelos fertilizados y regados a través de la inundación, para la actividad ganadera[3].

[3] Íd.

Por el otro lado, en las orillas del Sarela se asentaron, en la  época moderna y hasta los comienzos de la era contemporánea, actividades artesanales: molinos para uso público (un total de catorce, ilustración 3), lavaderos e incluso varias curtidurías que empezaron a funcionar en la mitad del siglo XIX, tras el aumento de demanda de cuero compostelano para la exportación.

Ilustración 3: Molino en la ruta del Sarela

La naturaleza no es de menor impacto: la fauna está constituida por patos, mirlos acuáticos, salamandras, tritones, serpientes, luciones y nutrias, más algún mamífero como el zorro, la tortuga terrestre, el jabalí y el mochuelo. La flora también es variada, acogiendo sauces, alisos, laureles, molinias o lirios.

Además, a lo largo de su curso, los ríos muestran testimonios históricos de la ciudad: el Puente de Sar, de estilo románico del siglo XII (Ilustración 4), era la entrada a la ciudad para quien procedía de Ourense o de Castilla y León por la “vía de la plata”, la antigua ruta romana que conectaba el suroeste con el noroeste peninsular. Al lado del puente se sitúa la Colexiata Santa María a Real do Sar, también del siglo XII, un precioso templo románico, la iglesia más antigua de la ciudad junto con la catedral. El Sarela también cuenta con varios puentes: el Puente de A Virxen do Carme de abaixo (s. XVII, que recibe su nombre de la homónima capilla de al lado), el puente del Romaño, el puente de A Amañecida, entre otros.

«A lo largo de su curso, los ríos

muestran testimonios históricos de la ciudad»

Ilustración 4: el puente románico, en la parroquia de Sar

Para disfrutar de tanta riqueza paisajística, sólo hay que ponerse calzado cómodo y encaminarse: tanto el Sar como el Sarela cuentan con rutas señalizadas y excelentemente mantenidas que permiten una inmersión completa en las fragas (bosques) gallegas sin alejarse de la ciudad. Desde el punto de vista de la organización urbana, no sólo los ríos representan una barrera natural contra el crecimiento indiscriminado, sino que el Parque Fluvial de Santiago (este es el nombre que las rutas reciben en conjunto) pasa por varios parques y jardines compostelanos, conectándolos entre sí y generando un verdadero cinturón verde alrededor del casco urbano (Ilustración 5).

Ilustración 5: La cintura verde de Santiago de Compostela. Fuente: https://compostelaverde.santiagodecompostela.gal/

Esto se debe también a la presencia de numerosas zonas verdes en la ciudad, que en España cuenta con una de las cuotas más altas de superficie verde por habitante: 24,94 metros cuadrados[4]. Y de los 47 grandes parques (aquellos que cuentan con una superficie mayor de 10000 m2), ocho se sitúan a lo largo del curso fluvial del Sar y del Sarela, o en su inmediatez: el Parque Fluvial das Brañas do Sar, el Bosque de Galicia y el Parque Eugenio Granell en el primer caso. El Campus Sur, y los tramos “Carme de Abaixo-Ponte de Santo Domingo” y “O Romaño-Ponte do Asén” de la ruta del Sarela, entre los cuales hay el Parque Finca do Espiño y el Parque do Carme de Abaixo, en el segundo (Ilustraciones 5 y 6).

[4] compostela-respira-fuerte-cada-dia-50-pulmones-color-verde

Ilustración 6: El Parque do Carme de Abaixo a lo largo del curso del Sarela

Las dos rutas se caracterizan por el uso polivalente del suelo y del espacio: en las Brañas do Sar hay una pequeña zona de huertas urbanas, establecida en 2016 en un terreno de propiedad municipal que estaba sin utilizar (Ilustración 7). Las 54 parcelas, de 55 m2 cada una, persigue el objetivo de “establecer la diversificación de los aprovechamientos de los parques, posibilitar en ellos usos tradicionales, contribuir a la puesta en valor de la agricultura ecológica, aumentar la valoración del consumo de alimentos sanos y de calidad, fomentar entre los vecinos y las vecinas una ocupación saludable para el tiempo de ocio, fomentar el ejercicio físico y favorecer la convivencia y el intercambio de conocimientos y experiencias[5].

[5] Hortas das brañas de Sar, en la web “Compostela verde. Parques e xardíns de Santiago” (texto original en gallego). Disponible al enlace hortas-das-branas-de-sar/

Ilustración 7: las huertas urbanas en la ruta del Sar, antes de su entrada por el Parque Eugenio Granell

«Un tejido urbano disperso y un asentamiento

antrópico muy parcelado que testifica la relación

estricta entre los habitantes y el ambiente

Por otro lado, la ruta del Sarela pasa por varios lugares y parroquias, incluso aquella de San Lourenzo con las casas que se asoman directamente al agua (Ilustración 8). A lo largo de la ruta se puede apreciar un tejido urbano disperso y un asentamiento antrópico profundamente parcelado, que testifica la relación estricta entre los habitantes y el ambiente, en un tiempo en el cual aún no se intentaba someter la naturaleza a las exigencias del crecimiento indefinido. Tejido que, hoy en día, forma parte del pulmón verde de la ciudad, un paisaje cultural que necesita protección.

Ilustración 8: la aldea de San Lourenzo en la ruta del Sarela

El Plan sin planificar

Sin embargo, hay mucho trabajo por delante para alcanzar este objetivo. Si el Sarela presenta una excelente calidad de sus aguas[6], el Sar tiene un nivel de contaminación preocupante sobre todo en el tramo que corre al lado del casco urbano[7]. Además, la gestión del área como zona de protección acumula un retraso de más de una década.

[6] https://www.parquefluvialdesantiago.org/es/un-rio-muy-activo/

[7] Raquel Piñeiro Rebolo, La rehabilitación fluvial en el ámbito urbano. Estudio de caso: el río Sar. Máster Propio en Gestión Fluvial Sostenible y Gestión Integrada de Aguas (VI Edición), Universidad de Zaragoza, Abril 2016. Disponible en https://zaguan.unizar.es/record/60545/files/TAZ-TFM-2016-046.pdf

«Se pretende articular un corredor verde

con un alto valor paisajístico/ambiental»

En el Plan Director de las Zonas Verdes y Espacios Públicos de Santiago de Compostela (diciembre 2015)[8], el papel protector que desarrollan los cursos de aguas destaca por la intención de crear “una red de parques asociados a los cursos fluviales que transcurren por ambos costados de Santiago de Compostela, el Río Sarela y el Río Sar” con la cual “se pretende articular un corredor verde con un alto valor paisajístico/ambiental y que, a su vez, sea transitado por un paseo fluvial continuo de recreo peatonal y ciclable”.

[8] 2015_Plan_Director_Zonas_Verdes_e_espazos_publicos_Escala_territorial.pdf

Puente sobre el río Sar – fuente: gataconbotas

El Plan Director marca la multifuncionalidad de las zonas:

El parque Fluvial también será un Parque Agrícola. Las terrazas fluviales bajas han sido ocupadas históricamente por las actividades agrícolas, utilizando azudes y acequias para su riego. Estos campos aprovisionaron durante largo tiempo a Santiago de Compostela antes de su crecimiento urbanístico. Todavía hoy alguna de ellas pervive y mantiene su actividad, ofreciendo el paisaje característico agrícola; parcelas, geometrías, variedad vegetal.
Estos campos pueden pasar a estar integrados en los parques fluviales como ocurre en los adyacentes al Río Sarela donde hay parcelas agrícolas protegidas por el PGOM como interés paisajístico a proteger. En cambio, en los márgenes del Sar esta constatación del valor agrícola se ha visto relegada por el crecimiento de la ciudad y el trazado de las diversas infraestructuras que fraccionan en varias ocasiones al propio cauce del río.

Huertas y campos de cultivo a orillas del río Sarela – fuente: gataconbotas

«Estos campos pueden pasar a estar integrados en los parques

fluviales como ocurre en los adyacentes al Río Sarela

donde hay parcelas agrícolas protegidas por el PGOM«

Los alrededores del Sarela cuentan con tres planes especiales:

1/ el Plan especial de acondicionamiento y saneamiento del río Sarela y su entorno (trecho Santa Isabel-O Romaño) PE-5 bis

2/ el Plan Especial de saneamiento río Sarela, primer tramo. pe-5

3/ el Plan parcial del suelo urbanizable no Programado número 8 (sunp-8), relativo al lugar de Lermo (parroquia de San Xoán de Fora de Santiago)

Pasarela junto al río Sarela – fuente: gataconbotas

En el primer Plan, destaca “la singularidad del mantenimiento del último contacto entre la ciudad histórica y el territorio rural de origen, […] que hace de este lugar el más singular desde el punto de vista ambiental del contorno inmediato de la ciudad”. El objetivo de este plan es “diferenciar los ámbitos de mayor fragilidad ecológica, íntimamente relacionados con el curso del río, de aquellos que deben mantener las actividades primarias que garanticen su estado actual” (original en gallego) [9]. A este fin, el Plan Especial establece las siguientes actuaciones:

  1. Mantenimiento y mejora de las características naturales y paisajísticas;
  2. Mejora y acondicionamiento del sistema de itinerarios peatonales y sobre ruedas;
  3. Preservación y puesta en valor de los elementos propios de las arquitecturas del río y con él relacionadas;
  4. Inventario de elementos y conjuntos de interés cultural y natural sujetos a protección;
  5. Ordenación y desarrollo urbanístico del núcleo de Ponte de Asén de acuerdo con las determinaciones establecidas en el PGOM de Santiago[10]

[9] SANTIAGODECOMPOSTELA/documents/2084NO103.PDF, p. 48.

[10] SANTIAGODECOMPOSTELA/documents/2084NO104.PDF, p. 53.

El segundo posee como objetivo “la recuperación, puesta en valor y reutilización de los elementos ambientales y de la arquitectura del río y su saneamiento general, en el tramo más accidentado del cauce […] entre Carme do Abaixo y Ponte Sarela”[11]. Las actuaciones son parecidas al anterior. El tercer plan es relativo a la urbanización del lugar de Lermo, para su conexión con el resto de la ciudad superando la barrera natural del río, y al mismo tiempo poniendo especial atención a la ocupación del suelo en la parte no inundable, separándola de la parte verde.

[11] SANTIAGODECOMPOSTELA/documents/2046NO101.PDF, p. 3.

«Las Brañas do Sar resultan incluidas

en una zona de alta fragilidad paisajística

por una alta presión urbanística e infraestructural»

Por el otro lado, las Brañas do Sar, que resultan incluidas en una zona de alta fragilidad paisajística “por una alta presión urbanística e infraestructural[12] debido a la proximidad del ferrocarril y de varias vías de acceso a la ciudad, tiene una historia planificatoria más turbulenta y criticidades sin solucionar.

[12] Ivi, p. 19.

En el año 2009, en cumplimiento de la “Ley 9/2006 sobre evaluación de los efectos de determinados planes y programas sobre el medio ambiente” y de la Ley autonómica “Lei 6/2007 de 11 de maio de Medidas Urxentes en materia de ordenación do territorio e do litoral de Galicia”, se ponían las bases para el “Plan Especial de Ordenación, Mellora Ambiental e Acondicionamento de Brañas do Sar”. El proyecto fue impulsado por el Consorcio de la Ciudad de Santiago, formado por las Administraciones del Estado, Comunidad Autónoma de Galicia y el municipio de Santiago de Compostela. El Plan Especial respondía a la Revisión del PGOM de la ciudad, con el objetivo de “profundizar en la atención al medio ambiente y a la utilización sostenible de los recursos naturales y productivos del territorio y del paisaje y singularmente en la integración armónica de la ciudad en el medio natural y en el territorio del cual emerge” (original en gallego).

Como enfatizado en la memoria del PGOM, la creación del Parque ambiental y complejo de la Ciudad de la Cultura (inaugurada en 2011), separado de las Brañas do Sar por la Autoestrada do Atlántico, suponía “la urgencia de afrontar de manera definitiva la ordenación de las Brañas do Sar, pasando de ser un espacio cautelarmente protegido a otro acondicionado e incorporado a la ciudad continua” (original en gallego).

Cidade da Cultura de Galicia – fuente: gataconbotas

A pesar de que en el Documento de Inicio del Plan se subraya que el mismo “desarrolla aquellos aspectos que configuran el Documento de Inicio del procedimiento de Evaluación Ambiental Estratégica del Plan Especial”, en 2010 la Asociación Verdegaia de Compostela presentó un recurso de reposición contra el Plan, “por la ausencia de la preceptiva evaluación ambiental estratégica”. En 2007 la Dirección General de Desarrollo Sostenible había determinado la no necesidad de la EAE para el PGOM de la ciudad, mas la Asociación denunciaba que “el PGOM de Santiago de Compostela resultó exento de esa obligación de evaluación ambiental únicamente por razones de derecho transitorio, porque el Estado español no adaptó en tiempo su normativa a las obligaciones exigidas por la normativa comunitaria”.

En noviembre del mismo año, la asociación presentaba sus alegaciones en el proceso de participación para el desarrollo del Plan, lamentando que “en el documento de más de 500 páginas se habla poco de recuperación ambiental, y por otro lado dispone la urbanización de un 35% más de la superficie del espacio natural, a añadir al 30% que ya se perdió por obras y desinterés del gobierno municipal en los últimos 30 años”. Entre estas previsiones, había instalaciones deportivas con aparcamientos, un Centro Superior de Investigaciones Científicas y una avenida para conectar los dos extremos de Pontepedriña y la Ciudad de la Cultura, que cortaba las Brañas por el medio.

El río Sar a su paso por las Brañas do Sar (Compostela Verde) – fuente: elespañol/quincemil

«El río y sus brañas siguen conectando las zonas verdes,

pero sus potencialidades están aún a la espera

de una acción y una visión a largo plazo»

Al proceso de aprobación se opusieron también algunos vecinos de la ciudad, en contra de las expropiaciones de terrenos privados que forman la mayor parte de la superficie del futuro parque. El Plan llegó a su aprobación definitiva en marzo de 2011 (DOG Núm. 121, 24 de junio). Sin embargo, el cambio de gobierno municipal supuso un paro en el proceso de expropiación, así que el documento consultable en el Inventario Municipal de planeamiento urbanístico y territorial de la Xunta de Galicia (SIOTUGA, http://www.planeamentourbanistico.xunta.es/siotuga/inventario) no es más que un detallado y profundo análisis territorial, sin ninguna norma, vínculo o acción para desarrollar, orientados a la protección y mejora de los ecosistemas y del patrimonio (material e inmaterial) del futuro parque. En septiembre de 2020 algunos consejeros de oposición pedían al Concello de Santiago “impulsar el plan especial de las Brañas do Sar, incrementar su protección ambiental y los espacios de ocio al aire libre durante la pandemia”[13]. Los compostelanos siguen gozando de la increíble naturaleza al lado del casco urbano, así como el río y sus brañas siguen conectando las zonas verdes, pero sus potencialidades están aún a la espera de una acción y una visión a largo plazo.

[13] La Voz de Galicia (Ed. Santiago), 23 de septiembre 2020, “El BNG pide impulsar el plan especial de las Brañas de Sar”.

Convivencia entre lo urbano y lo natural al paso del río Sarela -fuente: gataconbotas

Salvatore Pinna es doctor en ciencias ambientales e ingeniería por la Universidad de Cagliari, Italia. También obtuvo un máster en proyectos de desarrollo rural y gestión sostenible por la UPM. Tras unos años como becario de investigación en la universidad de Cagliari en el tema de las áreas marinas protegidas, se mudó a Galicia en 2019. En la actualidad es colaborador externo del grupo de investigación Histagra en la Universidad de Santiago de Compostela.

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