¡Estamos felices de anunciar que hemos ganado el concurso para desarrollar el nuevo Modelo de Ciudad para Santander, y que por tanto afrontamos la responsabilidad de soñar y cocrear la ciudad de 2055!
El marco del urbanismo en Cantabria y Santander
El Anteproyecto de Ley de Ordenación del Territorio y Urbanismo de Cantabria (LOTUCA) introduce en el proceso de redacción y aprobación de los Planes Generales la exigencia previa de desarrollar un Modelo de Ciudad: un documento estratégico que ha de definir las grandes líneas estructurantes para enfocar el futuro de un municipio a largo plazo mediante un compendio de estrategias, directrices, propuestas, criterios, intenciones y objetivos que posteriormente el Plan General deberá desarrollar y tramitar. Anticipándose a ello, la ciudad de Santander lleva tiempo reflexionando sobre su futuro mediante el proceso de consulta ciudadana #ParticipaPGS, y el pasado verano convocó un concurso de ideas para la selección del equipo redactor del Modelo de Ciudad Santander 2055.
Modelo de Ciudad
Siendo ya un gran incentivo el poder trabajar en una ciudad tan interesante como Santander, cuando analizamos los pliegos de la convocatoria vimos que, además, el proceso estaba lleno de virtudes: visionario, sólido y bien estructurado (¡no en todos los pliegos se cita explícitamente a Jane Jacobs y su Muerte y Vida de las Grandes Ciudades Norteamericanas!).
La baremación era exclusivamente técnica y agnóstica de la cuantía económica (prefijada, y por tanto no valorable); existían 2º, 3er y 4º premio para compensar el esfuerzo invertido en la preparación, y además la valoración de las propuestas estaría a cargo de un jurado de la máxima solvencia y rigor. Ojalá esta fórmula se extendiera a muchos otros procesos de selección: no podíamos dejar de intentarlo, de modo que armamos un equipo de trabajo en alianza con Miriam García (Land Lab), y contamos además con nuestro nuevo colaborador Juan Murillo, que nos había animado a participar, como perfil con dedicación casi exclusiva a este reto, reforzando a todos los miembros de nuestra oficina y colaboradores que se sumaron a las dinámicas de elaboración de nuestra propuesta. Un proceso que hemos disfrutado, y que ahora se ve recompensado.
Durante seis intensas semanas analizamos el territorio, debatimos e ideamos: nos apalancamos en el conocimiento de la ciudad que entre todos reuníamos, e hicimos una nueva lectura en profundidad del diagnóstico y de las propuestas emanadas del proceso #ParticipaPGS . Es justo reconocer la ventaja que nos otorgó el conocimiento detallado de este proceso —por haber llevado a cabo la comunicación del mismo— pero, en cualquier caso, incorporar sus resultados, que son públicos, era una de las exigencias del pliego, como no podía ser de otro modo.
Una visión para Santander en 2055
Resulta difícil saber cómo será el mundo en el año 2055, cuando se cumplirán 300 años desde que Santander recibiera su título de ciudad de la mano de Fernando VI, pero sí podemos hacer un análisis de la capital de Cantabria en la actualidad, analizar las tendencias globales y los factores locales que influirán sobre cada una de sus dimensiones, y soñar cómo nos gustaría que fuese ese futuro. Proyectando estos deseos, finalmente estructuramos nuestra propuesta en torno a 4 ejes:
1| UNA SANTANDER DIVERSA, VITAL E INCLUSIVA
2| UNA SANTANDER VERTEBRADA EN EJES DE PROXIMIDAD
3| UNA SANTANDER PRÓSPERA Y ATRACTIVA
4| UNA SANTANDER SOSTENIBLE Y RESILIENTE
Analizada la demografía local y regional, nuestra propuesta es contenida: apuesta más por la reordenación y mejora del suelo urbano consolidado que por la expansión de la huella urbana. Integra la naturaleza en la ciudad, y a su vez armoniza la relación de Santander con sus principales valores paisajísticos, claves en su identidad: la campiña y la bahía.
Se asume que tendrá lugar un cambio de paradigma en la movilidad; incorpora los beneficios que esto puede comportar para la ciudad y sus espacios públicos, y apunta a cómo pueden cubrirse las necesidades de desplazamiento de los ciudadanos y visitantes a través de alternativas sostenibles.
La propuesta considera, además, que el mejor desplazamiento es en realidad el que es innecesario o muy corto, porque aquel lugar al que queremos ir lo tenemos muy cerca de casa: ocio, trabajo, espacios de relación social se disponen a lo largo de unos nuevos ejes de proximidad que ensalzan la diversidad urbana y la calidad de los espacios públicos y privados de manera coherente con la peculiar topografía de Santander.
Para esto último, se hacen perentorios esfuerzos de regeneración urbana, de mejora de la accesibilidad, y de armonización de la actual (des)integración de la ciudad con sus infraestructuras ferroviarias y portuarias, que deben dar paso a nuevos espacios de reconciliación, cierre de brechas y oportunidades para ciudadanos y empresas.
Valoración del jurado
Como hemos apuntado, el concurso para el Modelo de Ciudad “Santander 2055” contó con un jurado internacional, de una amplia trayectoria en los objetivos perseguidos por la ciudad, y que estuvo integrado por Zaida Muxí, Belinda Tato, José María García-Pablos Ripoll, Pere Macias i Arau, Carlos Moreno, Jorge Pérez Jaramillo, Sonia Puente Landázuri y el actual Director General de Urbanismo del Ayuntamiento de Santander, Antonio Bezanilla Cacicedo.
De nuestra propuesta, destacó que era la que contaba «con más visión de futuro de todas las presentadas» y que su metodología «centrada en el ciudadano» era la que «respondía mejor a la valentía del ayuntamiento a la hora de innovar en los procesos de valoración y aprobación de un plan general», atendiendo, al mismo tiempo, «tanto a aspectos como la regeneración urbana, el cambio climático, los ejes de movilidad, los conectores cívicos», aunque, de cara al futuro desarrollo «deberán ser concretadas todas las acciones en clave paisajística y formal».
De acuerdo al jurado, la propuesta «alcanza su mayor realce, sobre todo, porque propone la visión más avanzada sobre lo que un Modelo de Ciudad debe representar, como proyecto municipal abordado desde una metodología de urbanismo de pequeña escala, ‘lean urbanism’, ajustado, donde se incorporan soluciones particulares que pueden ser luego utilizadas en otras ubicaciones y, sobre todo, favoreciendo la participación local en una nueva forma de pensar esa pequeña escala y de aplicar el sentido común al a búsqueda de la claridad de vida cívica«.
Lo que sigue…
Arranca ahora una fase de reflexión conjunta entre ciudadanía, personas expertas, equipos técnicos y grupos políticos municipales en torno a Santander y su entorno metropolitano desde todos sus ángulos: social, medioambiental, económico, patrimonial y cultural. Este proceso de reflexión y de cocreación tendrá como resultado el diseño compartido de ese punto de destino al que nos gustaría llegar dentro de tres décadas, para que vivir en Santander siga siendo por entonces todo un orgullo para sus cuidadanía. No se trata llegar a una cartografía cerrada, sino de definir entre todos los agentes cómo soñamos esa Santander del futuro, y concretar esas aspiraciones a través de líneas maestras, directrices y elementos clave a los que progresivamente se llegará mediante iteraciones, según el paradigma del urbanismo adaptativo.