Construir la utopía. Un catálogo sobre la vivienda cooperativa

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por Mikel Pau Casado-Buesa y Antonio Reboredo (Colectivo de Arquitectos el Tinglado)

Construir la utopía. Un catálogo sobre la vivienda cooperativa es una publicación en la que se ha intentado analizar, desde una perspectiva social, económica, tipológica y jurídica, las principales características del modelo cooperativo de viviendas en cesión de uso en el Estado español. Un modelo en rápido crecimiento, con cerca de medio centenar ya habitados, de los que este libro busca ofrecer un panorama general, a la vez que estudiar una minoría de ellos en detalle (dieciséis proyectos de vivienda cooperativa de diversa índole y ubicación), para comprender así los principales retos y oportunidades que definen al modelo en nuestro entorno.[1]

En este compendio razonado, se muestran de manera abierta y accesible, los principales resultados de una investigación más amplia, procedente del proyecto Las formas de habitar de la vivienda cooperativa. Este tiene, desde sus inicios en el año 2021, el objetivo de dar a conocer el modelo de vivienda cooperativa en cesión de uso del Estado español, mediante la edición de un documental y del libro-catálogo que ahora vemos publicado, en los cuales se pudieran recoger tanto las diferentes iniciativas cooperativas ya en funcionamiento como el testimonio directo, en formato audiovisual, de algunas de las comunidades diversas que los habitan.

Comida colectiva de cooperativistas, La Balma. Fotografía: Iñigo Aramburu

Para comprender el modelo es necesario partir del desarrollo del tejido cooperativo. Desde el SXIX, en otros países europeos como en la Alemania de la República de Weimar (1918-33), los partidos y sindicatos obreros y otro tipo de asociaciones, emplearon la forma jurídica de la cooperativa que en el se había limitado a fundar empresas de producción o de consumo, para paliar la gran escasez de vivienda durante la primera posguerra. Sin embargo, no fue hasta después de 1945 cuando las cooperativas en general, y las de viviendas en particular, disfrutaron de su época de mayor expansión.

Las segundas proliferaron en un momento de gran escasez de alojamiento provocado por la destrucción urbana ocasionada durante la 2ª Guerra Mundial. Estas nuevas promociones aparecieron tanto a la izquierda del Telón de Acero, bajo gobiernos laboristas y socialdemócratas (en Reino Unido y en países Escandinavos, sobre todo), como a su derecha, en la órbita de la Unión Soviética, en países donde se vino cultivando un cierto reformismo económico (como la República Checa o en la antigua Yugoslavia).[2]

En el Estado español, el movimiento cooperativo tuvo inicios semejantes, aún con el retraso provocado por un establecimiento tardío del capitalismo de tipo industrial.[3] Tras la Guerra Civil y la consolidación de la dictadura franquista, el movimiento cooperativo sufre un importante revés, aunque se inicia una relativa promoción por parte del Estado franquista de algunas cooperativas de vivienda, aunque éstas se integraron en mayores conjuntos de vivienda pública y en gran medida destinadas a agrupaciones de trabajadores de una misma profesión y cercanas a las clases medias.[4] Pasada la dictadura, el movimiento cooperativo vive una nueva fase de crecimiento, liberado de aquellas restricciones “despolitizadoras” del régimen franquista, encontrando nuevos apoyos institucionales, aunque su resultado como espacio de convivencia haya resultado en parte muy similar al de otras promociones de vivienda de tipo más convencional sobre todo debido a la división horizontal de la propiedad establecida en ellas una vez construidas.

Comida colectiva de cooperativistas, Trabensol. Fotografía: Iñigo Aramburu

No será hasta principios del siglo XXI, gracias a la emergencia del modelo basado en la cesión de uso, con los exitosos ejemplos de Cal Cases, La Borda, Entrepatios o Princesa49, la presencia de nuevos actores fundamentales, como Sostre Civic, y a la financiación vehiculada por entidades como Coop57 y FIARE, que se abrirán nuevas posibilidades en acceso a la vivienda gracias en base a nuevas formas de tenencia y unos modelos de emancipación social que deciden emplear la cooperativa como su herramienta o vector de cambio. Con esta orientación ha estado creciendo, especialmente en Cataluña y sobre todo en Barcelona, el conjunto del sector cooperativo, dando muestras de renovada salud y rápida propagación.

Estas nuevas iniciativas, impulsadas por estas entidades de nuevo signo, muchas de ellas también empresas cooperativas, del sector de la economía social o de la banca ética y, en menos medida, también por algunas administraciones públicas del Estado, se han inspirado a su vez en otros modelos experimentados en el extranjero durante las últimas décadas. Así, las iniciativas cooperativas en cesión de uso de países como Dinamarca, Uruguay, Quebec, han jugado un gran papel como referentes del modelo en nuestros territorios, cuyas principales semejanzas así como también algunas notables diferencias, son asimismo puestas en relieve en la publicación Construir la utopía.

Patio comunitario, PAX Astronautas. Fotografía: Iñigo Aramburu

En términos generales, tanto en las experiencias internacionales como en las del Estado español, la particularidad de este modelo cooperativo en cesión de uso reside en que sus personas socias carecen del derecho a venta y/o de beneficio de manera directa sobre la propiedad del suelo y del inmueble. Estos derechos de propiedad y beneficio son asumidos en su totalidad por la propia cooperativa, en la que el conjunto de sus socias se encuentran representadas, y a través de la cual gestionan al derecho de uso tanto de las viviendas como de los espacios comunes pertenecientes a ella.

Por ello, este modelo de cesión de uso plantea así nuevas cuestiones en torno a la propiedad, la promoción o a los mecanismos de financiación y participación empleados para la constitución de la propia cooperativa. Gracias a las especificidades propias, las personas socias de cada cooperativa pueden mantener su agencia y su poder sobre la gestión y el fin de la entidad durante toda su vida útil, en calidad de miembros de la propia cooperativa y a través de los diversos mecanismos de gestión y de toma de decisiones que se hayan establecido en sus estatutos.[5]

El modelo cooperativo en cesión de uso en el Estado español además de emplearse para paliar la escasez de vivienda accesible, objetivo y función principal de las iniciativas, también se comienza a emplear como herramienta para frenar o alterar el curso de otros fenómenos que afectan al grado de acceso a la vivienda en nuestros territorios. Así, de manera experimental, las cooperativas en cesión de uso pretenden revertir algunos procesos nocivos para este derecho como el de la despoblación, en algunas pequeñas comunidades rurales (en Asturies, Euskal Herria, Catalunya o en la Comunidad de Madrid), o el de gentrificación, turistificación o degradación de algunas zonas urbanas, especialmente tensionadas en las principales ciudades del Estado (como en Barcelona, Madrid, Córdoba…).

Edificio Entrepatios. Fotografía: Iñigo Aramburu

Además, estos proyectos cooperativos también han servido como un campo de experimentación arquitectónica, en el que proponer y experimentar algunas soluciones con las que hacer frente a los nuevos retos del siglo XXI como los efectos de la crisis ecológica. La gran mayoría de las nuevas iniciativas cooperativas emplean un enfoque ecosostenible, seleccionando cuidadosamente los materiales para la construcción o la reforma de sus edificios, instalando sistemas pasivos para su gestión energética, reduciendo en gran medida su consumo respecto a las promociones tradicionales y disponiendo de otras medidas para una mejor y más amable articulación con su entorno desde una perspectiva ecosocial.

También han servido estos proyectos para experimentar la manera de relacionarse con su entorno, potenciando usos dotacionales en sus plantas bajas y planteando tipologías que faciliten la apertura de esos usos a las vecinas y entidades de barrio allí donde se han instalado. También se suele favorecer la variedad tipológica, no sólo de estos espacios comunitarios sino también de aquellos espacios más privativos como las propias viviendas. Éstas, por lo general, se diseñan más flexibles y adaptables en el tiempo, de manera que puedan evolucionar con el cambio de los hogares de las socias de las comunidades mediante el agregado de módulos unidades básicos diversos en composición y dimensiones. Unas unidades que no obstante reflejan la propia diversidad demográfica de las poblaciones y que difícilmente se ven representadas en la escasa y limitada oferta de vivienda, tanto pública como privada, de nuestros territorios.

Proyecto Ca la Fou. Fotografía: Iñigo Aramburu

Próximas presentaciones del libro y el documental

El colectivo El Tinglado ofrecerá durante todo el mes de mayo diversas presentaciones del proyecto «Las formas de habitar de la vivienda cooperativa».

Las próximas sesiones serán:

  • VITORIA-GASTEIZ jueves 16 mayo. 18:00-20:00h (Sede del COAVN)
  • BILBAO lunes 20 mayo. 18:30-20:30h (Sede del COAVN)
  • DONOSTIA jueves 23 mayo. 17:30-20:00h (Por confirmar en GEZKI https://www.gezki.eus/es/)

Para cualquier consulta, pueden contactar con El Tinglado en info@eltinglado.org.


[1] Para consultar otros proyectos de Catalunya, recomendamos la plataforma del Observatori Llargavista (www.llargavista.coop), proyecto surgido en el año 2019 e impulsado por Sostre Cívic, en colaboración con Risell e iLabSo, y la participación de la Sectorial d’habitatge (XES) y del Cercle de transició ecosocial de Coòpolis, así como con la financiación de la Generalitat de Catalunya y el Ajuntament de Barcelona. Éste tiene el fin de identificar y caracterizar todas las iniciativas de vivienda cooperativa en cesión de uso del territorio catalán y se alimenta asimismo de las informaciones provenientes de los diferentes cuestionarios facilitados a los diferentes proyectos.

[2] P. Fontana, Josep. Por el bien del imperio: una historia del mundo desde 1945. Pasado & Presente, 2013.

[3] Nadal, Jordi. El Fracaso de la revolución industrial en España, 1814-1913. Ariel, 1975, pp. 226-245.

[4] Aunque existen precedentes de cooperativas de viviendas según gremios o profesiones en Barcelona, como son las Casas de los Periodistas en Can Baró, un caso paradigmático es el desarrollo del polígono de Montbau. Construido entre 1958 y 1965 en tres fases diferenciadas y bajo actuación del Patronato Municipal de la Vivienda y bajo cesión de terrenos por parte del Ajuntament de Barcelona.

[5] Para profundizar más en las relaciones jurídicas que establecen los diferentes modos cooperativos de vivienda, véase López, Cristina R. Grau. Sobre el marc legal aconsellable per impulsar el model de cooperatives en règim d’ús. La Dinamo Fundació, 2018.

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